domingo, 11 de diciembre de 2011

El juego perfecto - Adaptación (Nick & Tu) Capítulo 11.

Nick  bebió de su botella de agua y le colocó la tapa de nuevo, mirando hacia ______, que se había quedado dormida en la limusina en el viaje de vuelta de la fiesta.
Le encanto haberla traído el estreno, disfrutó viendo a través de sus ojos. Estuvo en muchas de esas cosas en los últimos años y se hastió de la experiencia. Y las mujeres que lo acompañaban iban tras sólo una cosa – la exposición de su carrera y tantas fotos y oportunidades en los medios de comunicación, como pudieran conseguir. Lo que significaba cámaras en su cara toda la noche y nada más que entrevistas, con una sonrisa estampada en su rostro todo el tiempo. Esos eventos se convirtieron en una dolorosa experiencia.
Hasta ______. Estuvo con los ojos abiertos y entusiasmada con todo, malditamente petrificada ante las cámaras, e hizo todo lo posible por evitarlas. Y entonces se había disculpado por la falta de tiempo de cámaras con él.
Increíble. Y refrescante estar con una mujer que no estaba concentrada en sí misma, sino que se preocupaba por él. Realmente no sabía qué hacer con ella. Pero le gustaba. Realmente le gustaba. Muchísimo. ¿A quién no? Era hermosa, divertida y sexy, y su química juntos era explosiva. Era dulce y cariñosa, y si no tenía cuidado, podría terminar perdidamente enamorado de ella.
Si estaba dispuesto a enamorarse.
¿Lo estaba?
"Estás mirándome."
Él miró hacia abajo. Tenía los ojos soñolientos y medio abiertos y se veía sexy como el infierno.
"Si. Eres hermosa cuando duermes."
Ella se movió, sentándose y pasándose la mano por encima de su vestido. "No lo soy. Lo siento, sólo me quedé dormida allí. Creo que la emoción del día y de la noche acabaron cobrándome la pasada."
"Está bien. Has tenido un día largo. Tienes derecho a tomar una siesta."
Cuando llegaron al hotel, Nick  tomó a ______ de la mano y la ayudó a salir de la limusina. Le gustaba ser visto con ella, no porque fuera una estrella, sino porque era hermosa de una forma natural y que hacía que la gente al caminar volviera la cabeza. Otra cosa que realmente le gustaba de ella era que no tenía idea de lo bonita que era.
En el ascensor posó su cabeza sobre su hombro, con sus dedos apretados entre los suyos. Nick  tragó, con un nudo gigante en la garganta.
Mantén esto tranquilo y calmado y deja de pensar en lo serio que puede ponerse entre los dos.
Metió la llave dentro de la cerradura y empujó la puerta para abrirla, sosteniéndola para que para ella entrara en el interior, su falda hacía todo tipo de sexys ruidos mientras entraba a la sala de estar de la suite.
Se volvió hacia él, con su falda ondeando a su alrededor. Parecía una princesa y su nudo en la garganta se hundió en su pecho.
Se movió hacia ella y puso sus manos sobre su cintura. "¿Te he dicho lo increíblemente hermosa que te ves esta noche?"
Le gustaba que ella realmente se ruborizara. Colocó sus manos sobre sus hombros. "¿Te he dicho el increíble momento que tuve esta noche?"
Y sólo así, él comenzó a moverse con ella en sus brazos, con sus pies a un ritmo perfecto al oír esa canción estúpida en su cabeza. Ella era una princesa esa noche, y necesitaban bailar juntos.
"Nick".
"Sí".
"¿Te das cuenta que estás bailando?"
"Sí".
"Tengo que decirte de nuevo lo buen bailarín que eres."
"Puedes agradecer a mi madre por eso. Ella insistió con lo del salón de baile." Levantó su mano y ella deslizó la suya en la de él. Él comenzó a moverse alrededor del piso de mármol de la sala de estar.
"Me gustaría agradecerle a tu madre por eso. Eres increíble".
"No le digas a la gente de Dancing with the Stars. Sabes que aman tener a jugadores de fútbol en su espectáculo".
Ella se echó a reír. "No puedo verte queriendo hacer algo así."
"No. Así que por el amor de Dios, no pongas ese bichito en la oreja de Elizabeth, tampoco. Eso me pondría directo en su callejón."
"Tu secreto está a salvo conmigo."
Esa era la cosa. Podría imaginar cualquiera de sus secretos a salvo con ella. Pero no el más grande de ellos. Era demasiado pronto para contarle todo.
Bailaron hacia el balcón, él abrió la puerta y la llevó afuera. La noche era cálida, con las luces de la ciudad brillando y resplandecientes. Miró la ciudad, y Nick  envolvió sus brazos en ella, respirando su olor.
"Ha sido una noche perfecta, Nick.  Gracias otra vez."
"No hay de qué. Me alegro de que hayas tenido un buen momento."
"Tu vida es increíble. Las oportunidades que ofrece la fama son increíbles."
"Lo son. Las he disfrutado al mismo tiempo que las he tenido, apreciándolas por lo que son. La fama es fugaz, especialmente para alguien del deporte. No tendemos a tener una vida útil larga."
Ella se volvió hacia él. "Esa es una perspectiva muy razonable. Entonces, ¿qué harás cuando tu carrera futbolística haya terminado?"
"He invertido bien, no he vivido más allá de mis medios. Tendré un montón de dinero cuando me retire del fútbol".
"Pero no es que no harás nada, ¿verdad?"
"No. Llevo unas cuantas organizaciones de caridad, así que las supervisaría. Tal vez sería entrenador. Hay algunas otras opciones que estoy explorando. En realidad no he decidido aún lo que quiero hacer. Depende de cuánto tiempo pueda jugar".
Lo miró, pero no dijo nada.
"¿Qué?", Le preguntó.
"Eres demasiado bueno para ser verdad. Eres educado, rico, no has derrochado tu dinero en drogas o en fiestas. Das para caridad, y en realidad estás planeando tu futuro. ¿No tienes esqueletos en tu armario, Nick? ¿No hay un chico malo acechando por ahí, algo que te haga menos que perfecto?"
Si tan sólo ella supiera. "Nadie es perfecto, ______. Ni siquiera yo."
Ella suspiró. "No lo sé. Segura que así es como pareces".
"¿Serías feliz si fuera malo?"
Ella frunció el ceño. "No, para nada. Solo Tengo miedo de no estar a la altura de..."
"¿De qué?"
Ella negó. "De nada. No importa. Estoy siendo ridícula." Se inclinó y presionó un beso en sus labios. "Esta ha sido una noche maravillosa, y estoy mareada y exhausta. Pero no tan agotada que no pueda mostrarte cuán completamente feliz estoy en tu compañía. Ahora ven a ayudarme a quitarme estas caras y pecaminosamente costosas joyas y este vestido. Es hora de que Cenicienta vuelva de nuevo a su calabaza."
Él se echó a reír y dejó que lo condujera al dormitorio. La ayudó a quitarse las joyas, abrió su vestido, contuvo la respiración cuando salió de él, revelando el sexy-como-el infierno sujetador sin tirantes y que hacían juego con la escasa ropa interior que llevaba con sus tacones de aguja.
"Me gusta la calabaza más que Cenicienta. ¿Puedes quedarte así? ¿Con los zapatos?"
Ella se echó a reír, desató su corbata del lazo, le quitó chaqueta por los hombros, y luego se tomó su maldito dulce tiempo para desabrochar los botones de su camisa.
"Parece que no fue hace tanto tiempo estábamos quitándote el esmoquin".
"Nuestra primera noche juntos," dijo, recordándola con tanta claridad como si fuera ayer.
Levantó su mirada hacia él, mientras hacía un gesto a su camisa fuera del pantalón. “Sí. Me encantó verte desvestirte. Esta noche yo te desnudaré."
Él se estremeció cuando llegó al cierre de sus pantalones, malditamente cerca cuando sus nudillos rozaron la cremallera. Su pene estaba tenso contra la tela de sus pantalones, duro y palpitante y listo para ser tocado. Ella le bajó los pantalones, después los calzoncillos bóxers. Él se quitó los zapatos, y ella se arrodilló para quitarle los calcetines, dejándolo desnudo y de pie delante de ella.
______ se sentó en sus talones, mirando su pene. "Siéntate en esa silla, Nick".
Se volvería loco si seguía viéndolo de esa manera. Se movió a la silla y se sentó, abriendo las piernas mientras ella se movía entre ellas para arrodillarse. Se estremeció cuando sus pechos acariciaron sus muslos, luego su estómago, mientras se inclinaba para besarlo.
Él tomó su cara entre sus manos y la besó con un hambre que no supo que poseía. A pesar de que trató de que no le importara, sentía algo por ______, y se estaba haciendo cada vez más difícil fingir que lo que había entre ellos era algo casual. Y cuando ella le dio un beso con un suave gemido y con una necesidad que igualaba a la suya, su pene se tambaleó contra la suavidad de su vientre, y todo en  lo que pudo pensar fue en estar en su interior, cuan seguro se sentía, cuan correcto, y de repente quiso que ella supiera todo acerca de él.
Whoa. Era hora de frenar ese infierno. Dio una respiración profunda y se concentró en lo físico, en la forma en que explotaba el sabor en su boca cada vez que lo besaba, sobre cómo malditamente difícil sería sostenerse y dejar que jugara ese juego de seducción.
Ella alejó los labios de él y arrastrándolos sobre su mandíbula, cuello, con sus dedos jugando con sus pezones. Él respiró, dándose cuenta de lo mucho que le gustaban sus manos sobre él. Besó sus pezones, los lamió. Le gustaba ver el pasar su boca y lengua a través de su pecho y serpentear hacia abajo a través de su abdomen, sabiendo lo que estaba haciendo, anticipando cada movimiento. Se estremeció mientras se deslizaba a través de su estómago, apoyando la cara en su muslo mientras miraba su pene y luego a él.
Ella le irguió y sonrió antes de agarrar su pene con ambas manos. Él susurró en un suspiro. Su paciencia estaba colgando de un hilo. Le costaba permitirle hacer eso cuando lo único que quería era lanzarla sobre la alfombra y hundirse en su interior. Pero este era su juego, y él iba a dejarla jugar a su manera.
"Me gusta que me toques, ________".
Ella se humedeció los labios y se levantó entre sus piernas. Él se inclinó sobre ella para desabrochar el cierre de su sujetador, dejándolo caer para poder ver sus pechos, con sus duras puntas rosas acariciando su eje, rodando su mano sobre ella. Parecía estar hipnotizado por ella mientras jugaba con él, tomándose su tiempo, apretándolo con fuerza, después haciendo su toque más suave.
Podía verla tocando su pene durante horas, con el calor y la suavidad de su mano que no tenía nada en absoluto que ver con cuando él se tocaba. Había finura en sus movimientos a diferencia de su prisa en hacerlo y terminar con ello como era su estilo. Era toda gracia y suavidad, y cuando puso su boca sobre la cabeza de su pene y arremolinando su lengua como si fuera un maldito cono de helado, casi se perdió, casi  disparó su corrida dentro de su boca en ese momento como si fuera un chico de quince años, sin control.
Ella lamió su longitud, con su pequeña lengua color rosa montada en su eje como si no se cansara de él.
"Jesucristo, ______ eso tan jodidamente bueno." Él alcanzó su pelo, comenzando a tirar de todos sus broches cuidadosamente, necesitando quitarlos para poder enredar sus dedos en él. Y cuando por fin estuvieron libres, tomó un puñado de cabello con su mano y le dio un tirón. Su mirada espetó la suya, y ella sonrió, y luego tomó su pene profundamente, pareciendo saber exactamente lo que él necesitaba.
Le dejó meter su pene profundamente en su boca, dejándolo follar con su eje entre sus labios dulces duro y rápido hasta que jadeó, hasta que pudo sentir sus bolas endurecerse.
“Sí. Chupa mi polla fuerte."
Lo tomó profundamente, tragando la cabeza de su pene, apretándolo, haciendo que el sudor rodara entre sus omóplatos. La tensión tiraba de su columna, y luchó contra el impulso de dejarse ir, quería saborear sus dulces labios en él durante unos minutos más. Era una diosa con una boca perfecta y le hacía cosas que lo hacían apretar los dientes y hundir sus talones en la alfombra. Podía espera un poco más.
Ella pasó el pulgar por ese lugar entre sus huevos y su trasero, y oh joder, se sentía bien, ser objeto de juegos allí mientras lo chupaba. Él anhelaba más. Ella era como una droga. Empujó su pene profundamente y supo que ese viaje iba a terminar pronto, porque quería venirse en su boca tanto que ya se podía imaginar lo que sería sentir su lengua, sentir cómo lo drenaba hasta que no quedara nada.
"Me correré en tu boca ______, si no quieres, es mejor que me lo digas ahora."
Pero ella sólo tarareó alrededor de su eje y le hizo cosquillas en el trasero con sus dedos, y maldita sea, si eso no lo hizo dispararse en ese mismo momento, duro y rápido por todo el camino hasta su dulce garganta. Él se vino con un fuerte grito, con su trasero levantándose de la silla, con su orgasmo proviniendo de algún lugar profundo dentro de él. Se sintió mareado, culminando en su columna, en su cerebro, en todas las partes dejándolo tembloroso y sudoroso y totalmente abrumado.
Cayó de espaldas contra la silla, y ______ se fue con él, con la boca todavía en él, lamiendo hasta la última gota de lo que él le daba, hasta que finalmente soltó su pene y puso su cabeza sobre su muslo.
A Nick  le tomó más o menos un minuto antes de sentirse coherente de nuevo. Sacó a ______ de su regazo, y la vio tan jodidamente sexy vestida sólo con sus bragas y zapatos. La besó profundamente, degustándose a sí mismo en su lengua, sorprendido por lo que ella hizo por él.
Ella se apartó, se lamió los labios y le sonrió. "Sabes bien."
Él se estremeció. "Cristo, casi hiciste que me diera un maldito ataque."
Ella se rió. "Que bueno".
"Te daré algo bueno". La levantó y la puso sobre sus pies, y le sacó sus bragas, dejándole los zapatos que lo volvían medio loco. Luego se sentó en la silla y le abrió las piernas. "Tu turno".
La besó primero, queriendo probar su boca, lamer sus labios, deslizando su lengua por su boca y succionándola. Hizo que su pene volviera a la vida, a pesar de que había tomado todo lo que tenía.
La besó en el cuello, y ella se estremeció. Él sabía que su cuello era sensible, y le dio atención extra, arrastrando la lengua por el lado de su garganta antes de deslizarla hacia abajo entre sus pechos, después lamió sus pezones, chupando cada baya dura hasta que arqueó la espalda para darle de comer a él. Él ahuecó sus pechos con sus manos y rodó sus brotes entre los dientes, tiró de ellos, oyendo su grito irregular y se lo bebió porque hacía que su pene se pusiera duro.
Recorrió las manos sobre su vientre, besándolo, después con sus hombros abrió sus piernas, movió las manos por sus dulces piernas y las levantó, besando sus pies.
"Esos son unos sexis zapatos que me endurecen, Señorita ______ ".
Ella se echó a reír. "Puede ser que los use todos los días si obtengo este tipo de reacción".
"Siéntete libre de hundir esos tacos en mi espalda si te gusta hacerlo."
Ella niveló sus ojos marrones hasta los de él y tragó cuando pasó sus piernas encima de sus hombros. Él se movió entre sus piernas, inhalando el olor de su sexo. Estaba tan mojada tan dulce y atractiva, que lo hacía sentirse duro como roca.
Pasó su lengua por los labios de su vagina. Ella gimió y puso su mano sobre su cabeza mientras lamía toda su longitud, poniendo su boca en su clítoris y chupándolo.
"Oh, maldita sea, Nick.  Sí. Lámeme justo ahí."
Ella hizo su pene excitarse cuando le habló, cuando le contó lo que le gustaba, cuando levantó su trasero y su vagina se sacudió contra su cara. Le gustaba excitarla y que estuviera fuera de control como ahora, gimiendo y hablándole, con su vagina tan mojada que su lengua se deslizaba fácilmente toda sobre ella. Y cuando chupó su clítoris y deslizó dos dedos dentro de ella, levantó su trasero de la silla y se corrió, fuerte, gritando y tirando de su pelo, yéndose contra su cara como si estuviera en el rodeo y fuera un potro el que montara por un gran premio.
Ni siquiera esperó a que bajaran las oleadas de su orgasmo. Tomó un condón, envainó su pene, y empujó dentro de su aún espasmódica vagina con un empuje duro. Ella dejó escapar un fuerte gemido, hundió sus uñas en sus brazos, y se sacudió.
"¡Sí!", Exclamó. "Fóllame".
Se hundió en ella, tirando de sus caderas hacia abajo de manera que pudiera estocar con su pene profundamente en su interior. Quería que ______ se viniera de nuevo. Se dejó caer encima de ella, con sus senos contra su pecho, para poder rodar contra su clítoris.
"Nick, eso es tan bueno." Ella agarró su cabeza y lo besó, fuerte, con sus dientes acariciándolo, deslizándose contra su lengua. Ella gimió, y sus ojos se llenaron de lágrimas contenidas. Así es como la deseaba, porque esto era lo que sentía, con su corazón mezclándose con su cuerpo mientras cabalgaba esta increíble ola con esta sorprendente mujer.
Se contuvo, con sus bolas apretadas mientras su vagina lo apretaba como un tornillo. Sus ojos se abrieron.
"Me correré Nick.  Vente conmigo. Córrete en mí."
Él se aferraba a ella mientras los bordes irregulares de su control se arrancaban. "Me voy contigo. Dámelo".
Ella le sostuvo la mirada mientras se salía de control y se soltaba, gritando mientras su orgasmo rugía a través de él. Él clavó sus dedos en su carne, tirando de ella con fuerza hacia él, y hundiendo su cara en su cuello, lamiéndola mientras ella gritaba su orgasmo esta vez, meciéndose en su contra y diciendo a gritos su nombre.
Les tomó un rato calmarse después de la tormenta, mientras la abrazaba y la acariciaba y sentía su alocado pulso contra su pecho.
La recogió y los llevó a los dos a la ducha, ______ rió porque le llevaría una hora lavarse todo el maquillaje, después los dos rieron mientras una de sus pestañas postizas terminaba en su mejilla. Una vez limpios, se secaron y se subieron a la cama. ______ estuvo dormida en cuestión de minutos, con su cabeza sobre el hombro de Nick.  
La sostuvo así por un rato, contento y sólo un poco preocupado por lo que todo esto significaba.
E infiernos, ¿No es la mujer la que se suponía estaría toda preocupada por lo que toda esta "relación" significaba, de todos modos? Se habían divertido. Dios sabía que el sexo entre ambos era grandioso. Tal vez sólo debería dejar de pensar en ello y disfrutar del viaje.
Era demasiado pronto para empezar a pensar sobre cosas importantes, de todos modos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

El juego perfecto - Adaptación (Nick & Tu) Capítulo 10.

Lo que ______ aprendió muy rápidamente una vez que aterrizaron en Los Ángeles era que la agente de Nick  era un infierno de organizadora. Una limusina se reunió con ellos en el avión y los llevó a un increíblemente lujoso hotel, donde fue apartada de Nick  por todo un equipo de personas de maquillaje y peluquería. La metieron a la ducha, y luego fue pulida, encerada, y maquillada en cada pulgada de su rostro. Le habían aplicado maquillaje profesional, estaba peinada, e incluso había una mujer que entró y la vistió.
Se preguntó si este era el estilo de vida que las estrellas de cine estaban acostumbradas. Sin duda era bueno ser mimada y todo, aunque era un poco abrumador. En el momento en que se paró frente al espejo vestida en algún vestido escandalosamente caro  de diseñador y adornada con joyas de las que no quería saber el costo, tuvo que admitir que habían hecho maravillas con ella, porque ni siquiera se parecía a ella misma. El peinado hacia mágica en la complexión de una persona. La cicatriz sobre su ceja que obtuvo de niña cuando cayó de su columpio fue destruida por expertos. Sus ojos parecían enormes y... hermosos, y sus pestañas -wow. Ninguna cantidad de tiempo de gasto de pie frente al espejo aplicándose rimel podría esperar reproducir la magia de las pestañas postizas.
El vestido sin tirantes color cobre se ceñía a su busto, cintura y caderas, y luego caía en mágicas ondas en el suelo, y era la cosa más bella que ______ había usado nunca. Y los zapatos - Dios, los zapatos. Tiras y agujas con un arco más lindo de sus dedos del pie. Habían acertado con el vestido, y ella quiso dormir con ellos hasta que muriera.
"Gracias a todos—muchas gracias. Me siento como Cenicienta esta noche. Todos ustedes trabajaron tan duro para hacerme quedar bonita, y no puedo decirles lo mucho que aprecio eso".
El personal de maquillaje y del pelo y todos los demás le devolvieron la sonrisa a ella, la abrazaron y la besaron, y luego salieron de la habitación. ______ inhaló, lo dejó escapar, luego se volvió una vez más al espejo.
"Santa mierda, mujer."
Se volvió al oír la voz de Nick.  
Estaba de pie en la puerta de entrada del dormitorio. Una vez más, fue golpeada por el absolutamente increíble hombre que llevaba esmoquin. Sus anchos hombros llenaban la camisa tan bien, y era lo suficientemente alto como para llevar la ropa con elegancia, su pelo negro estaba perfectamente peinado, sus ojos cafés eran aún más sorprendentes contra el negro sólido de su esmoquin. Entró y caminó a su alrededor mientras ella estaba en el centro de la habitación, luego se acercó, levantó la mano y posó un beso en sus dedos.
"Eres la mujer más hermosa que he visto".
Ella se sintió emocionada. "No lo soy. Pero estoy segura de que me siento de esa forma esta noche. Gracias por esto."
"Eres la mujer más hermosa que he visto, porque aprecias esto de una forma que ninguna otra mujer con la que he estado antes puede apreciarlo."
Ella sintió el aguijón de las lágrimas. "No me hagas llorar, o tendrás que llamar a toda esa horda de personas de nuevo para arreglarlo."
Él extendió el brazo. "¿Lista para ir a divertirte?"
"Sí".

______ no sabía qué esperar, ya que nunca estuvo en el estreno de una película antes. Los flashes en su rostro y las aparentemente miles de preguntas sobre quién era y cual era su relación con Nick  fueron abrumadoras y la tomaron por sorpresa. Esperaba que las estrellas de cine fueran acosadas por los medios de comunicación. Pero ¿Ella? Ella no era nadie.
Por otra parte, Nick  era el famoso. Los medios de comunicación querían saber quién era su acompañante.
Nick  parecía muy cómodo, sonriendo y saludando a los fans y posando para las cámaras. Y cuando se le preguntó acerca de ______, pareció estar bien presentándola a todo el mundo, incluidos los periodistas nacionales, las revistas, incluso a los del canal de entretenimiento.
Oh. Mi. Dios.
______ quería regresar a la limusina, volver a la suite, y observar a otras personas en la televisión. No quería verse a sí misma en ella, aunque estaba segura de que las cámaras estaban más interesadas en las estrellas de cine y televisión y en las modelos que asistían y no en ella. Ella no era noticia. Y afortunadamente, todas las personas de los medios de comunicación se dieron cuenta de eso muy pronto y salieron corriendo tras las celebridades reales para que ______ pudiera respirar.
Lo que hizo fue disfrutar comiéndose con los ojos a la crema y nata de Hollywood, que estaba a pocos metros de ella, dando entrevistas y sonriendo a las cámaras. Así que cuando no tuvo cámaras en su cara, deseó haber pensado en llevar su propia cámara y tomar algunas fotos para que Maggie, Ellen y Karie las pudieran ver. A pesar de que suponía que podría ser inapropiado correr detrás de las estrellas de cine y tomar fotos con su mini cámara.
Cuando finalmente entraron, Nick  la llevó a sus asientos, y oh, la película fue maravillosa. Y el tiempo pasado con Nick  grandioso. Sostuvo su mano y puso su brazo alrededor de ella, y ambos se rieron en la película, que fue divertida y romántica. Fue una noche perfecta, y ______ se sintió como que era en realidad Cenicienta. Nick  incluso se inclinó sobre ella algunas veces durante la película y la besó. No podría pedir una cita mejor, y recordaría esta noche por siempre.
Cuando la película terminó, todo el mundo salió arrastrando los pies y se dirigió a sus limusinas.
______ se apoyó contra Nick, con su brazo entrelazado con el suyo, mientras entraba en su coche.
"Lo pasé maravillosamente, Nick.  Gracias."
Él le sonrió. "No hay de qué. Pero no ha terminado."
"¿No?"
"No, hay una fiesta posterior al estreno. A menos que no quieras ir."
"Oh, no. Suena divertido".
Se fueron a otro hotel muy elegante donde había una fiesta en el increíble y gran salón de baile lleno de globos y carteles de cine y fuentes de champaña y por suerte - de alimentos.
"Oh, gracias a Dios. Me muero de hambre", dijo mientras ella y Nick  encontraban una mesa.
"Yo también. Estoy tan contento de que te guste comer."
Ella se echó a reír. "¿Por qué no me gustaría?"
Él le dedico una mirada. "Te sorprenderías del número de mujeres de mis citas que no comen. No creerías la expresión de horror en sus rostros cuando les sugería una comida de verdad. No hay nada más deprimente que ver a una mujer dar un mordisco a un pedazo de apio."
Ella se echó a reír. "No hay temor de eso conmigo. Llévame a la hamburguesa con queso más cercana."
Había fotógrafos y medios de comunicación presentes ahí también, pero no parecían estar tan frenéticas como en la alfombra roja. Sin embargo, ______ era consciente de que Nick  tenía una imagen que mantener, por lo que no trató de meterse los alimentos directamente a su boca, a pesar de que en ese momento podría haberse comido el brazo derecho de un fotógrafo.
Los medios de comunicación parecían contentos de pescar a los actores y a las actrices sirviéndose y después dejarlos.
"Probablemente sentirás no haber traído a alguien más famoso contigo", dijo finalmente al ser capaz de hablar después de que su estómago estuvo lleno.
Nick  tomó un trago de refresco, y luego arqueó una ceja. "¿Por qué dices eso?"
"Porque somos más o menos ignorados por los medios de comunicación. Si hubieras traído a alguna actriz de moda contigo, hubieras tenido más, ¿cómo lo llaman? ¿Más cámara?"
Él se echó a reír. "Cariño, no vine aquí para ser fotografiado. Dios sabe que tengo más oportunidades de conseguir ser fotografiado de las que necesito. Quería traerte para que pasaras un buen rato."
"Oh." Ella miró hacia abajo a su regazo, sintiéndose estúpida por haberle dicho lo que dijo. "Lo siento".
Él le alzó  la barbilla con los dedos. "No lo sientas. Pero no malinterpretes por qué estamos aquí. No te estoy utilizando para una sesión fotográfica conmigo, ______. Te he traído aquí esta noche porque quería que pasaras un buen momento. No hay segundas intenciones".
Ella deslizó su mano alrededor de su nuca. "Gracias, Nick.  Realmente ha sido la mejor noche de mi vida."
Él rozó sus labios sobre los de ella, el beso fue suave y amable, era el tipo de beso que hacía que su corazón quisiera hacer cosas peligrosas - como enamorarse.
El flash de una cámara la hizo saltar. ______ parpadeó y miró la cara de un fotógrafo. "Me enviarás algunas copias de esas, ¿verdad, Jimmy?", Preguntó Nick.  
El fotógrafo se echó a reír. "Claro que sí, Nick".
______ levantó una ceja hacia Nick  después de que el tipo de la cámara se alejó. "¿Llamas por su primer nombre a los paparazzi?"
"Te ponen una cámara en la cara muy a menudo, así que aprendes quienes son. Jimmy es un buen chico. Es un profesional independiente. Y realmente deseo una copia de esa foto."
"Yo también".
"Así que, ¿Estás lista para conocer a algunas estrellas de cine?"
El corazón le palpitó. "¿En serio?"
“Claro.” Se puso de pie y le tendió la mano. "No habría razón en traerte a una de estas cosas de lujo, si no puedes decir que conociste a algunos de los grandes nombres de Hollywood, ¿verdad?"
Ella se sintió débil con el sólo acto de levantarse.

viernes, 9 de diciembre de 2011

El juego perfecto - Adaptación (Nick & Tu) Capítulo 9.

"¿Por cuánto tiempo ha estado sucediendo esto?"
______ casi saltó de su piel cuando la  voz de Nathan  rompió el silencio de sus actividades de doblar la ropa de un normal sábado por la tarde. Había ido a trabajar temprano esa mañana, y no estuvo cuando ella había llegado a casa. Como ocurría a menudo, eran como dos barcos que pasaban uno junto al otro por la noche.
Ella puso la toalla en la parte superior de la secadora. "Me asustaste. ¿Cuándo entraste?"
“No lo sé. Hace rato."
"No te escuché por la secadora. ¿Cuánto tiempo ha sido qué?"
"Lo tuyo con Nick  Jonas. "
"Oh. No hay nada que esté pasando."
Nathan ladeó la cabeza hacia un lado y le dio la misma mirada que ella le daba cuando la respuesta no era lo suficientemente buena. Ella se resistió a reír.
"Vamos, mamá. Ningún hombre vendría a cenar con tu hijo si realmente no te gustara"
"¿Eso crees?"
"Aja. Te gusta mucho.” Se volvió y salió de la sala de lavandería.
______ lo siguió a la cocina y levantó la tapa de la olla sobre la estufa. Agitó la salsa mientras Nathan se servía un vaso de leche con chocolate.
"Así que, ¿te molesta?" Le preguntó.
"¿Qué me molesta?"
“Verme a mí con alguien."
"Él no es simplemente alguien, mamá. Él es el maldito mariscal de campo de un equipo de fútbol de la NFL."
"Si no lo fuera, ¿Te molestaría?"
"Mamá, no me importa si estás saliendo con el chico que recoge nuestra basura, mientras sea bueno para ti."
Nathan se detuvo frente a ella y la miró directamente a los ojos. "¿Él es bueno contigo?"
Su pregunta la sorprendió. “Sí. Lo es."
“Entonces, ve por él. Pero es malditamente súper que estés saliendo con Nick  Jonas. No esperes que me mantenga callado sobre eso." Nathan la besó en la mejilla y salió de la habitación, con la leche y un puñado de galletas en la mano.
Ella se ahogó y tuvo ojos llorosos, a punto de saltar sobre él por comer comida chatarra antes de la cena.

Nick  se estaba drenado físicamente, goteando sudor y maldiciendo a su entrenador, lo que hizo que Ben se riera de él y lo llamara un buen entrenamiento.
Nick  se limpió el sudor de los ojos y tomó su botella de agua. "Eres un hijo de puta", dijo jadeando.
Ben se sentó junto a él en el banco de pesas. "Me pagas para ser un hijo de puta. Si me odias al final de un entrenamiento, entonces he hecho mi trabajo."
"Ah-ajá. Me estoy muriendo".
Ben le dio una palmada en la espalda, su calva cabeza brillaba con las luces del techo. "Deja de lloriquear como un niño y súbete a la cinta por veinte minutos para enfriarte. Entonces podrás irte a la ducha."
"Disfrutas esto." Nick  arrastró su cuerpo adolorido a una posición de pie.
"Atiende mis tendencias sádicas. Y me pagas por ello. ¿Cómo no voy amar mi trabajo?"
Nick  negó y se arrastró a la cinta de correr, estuvo ahí veinte minutos con un razonable pero no patéticamente lento caminar, y se puso en marcha. Para entonces Ben estaba fuera torturando a algunos otros pobres diablos. Nick  se centró en la televisión esperando que esos veinte minutos pasaran rápido.
"Hombre, debes estar haciéndote viejo. Los malditos entrenamientos de Ben te están matando."
Nick  sonrió mientras Randy Lasalle, el mejor receptor, saltaba a la rueda de ardilla y comenzaba a subir a un ritmo acelerado. Randy tenía veintidós años y estaba en el segundo año de su contrato. Nick  estaba contento de tenerlo. El chico había llegado de una escuela pública en Louisiana, llegando alto porque tenía las mejores malditas manos y la más rápida zancada que Nick  nunca hubiese visto.
"¿Estás aquí para trabajar con Ben?"
“Sí. Tengo que estar en forma para las damas, como debes saber."
Nick  resopló. "¿Qué quieres decir con que tienes que mantener las piernas en buena forma por mí?"
Randy se echó a reír. "Simplemente no se lo digas a las damas, ¿de acuerdo?"
Ben se acercó, se inclinó sobre el control de la velocidad de Randy, y apretó algunos números. "No es suficiente rápido, niño bonito. Si quieres seguir haciendo grandes cantidades de dinero con tus rápidas piernas, entonces, menos plática y más carrera."
Después de que Ben se alejó, Randy dijo, "Es como estar de nuevo vuelta en la escuela. Soy demasiado viejo para esta mierda."
"No te oyes jadeando lo suficiente, Randy," Ben dijo desde el otro lado de la habitación.
Randy puso los ojos en blanco, se echó a reír y Nick  también.
Nick  se duchó, se vistió y se dirigió hacia el frente del gimnasio, cuando vio a una hermosa pelirroja con un traje que era casi, pero no del todo demasiado corto para ser considerado adecuado. Su pelo estaba peinado con estilo, con los ojos verdes como los de una bruja, con sus tacones pecaminosamente altos. Se veía como el sexo encarnado y sonreía como si supiera exactamente cómo se veía mientras se apoyaba en el mostrador y hablaba por teléfono, con una cadera inclinada hacia un lado, aparentemente inconsciente al babeo en masa de los hombres sudorosos en el gimnasio que eran tan obvios, y que pasaban caminando varias veces para echarle un vistazo.
Pero Nick  sabía que era todo menos inconsciente.
La agente de Nick, Elizabeth Darnell, no era nadie si no tapaba el tráfico. Dejó que las buenas sorprendidas miradas la tomaran en la puerta y luego entró. Y entonces fue directo a matar, mientras las lenguas de todos se arrastraban por el suelo.
Terminó su conversación telefónica cuando lo vio yendo en su dirección, y le dio una deslumbrante sonrisa.
"Nick, no sabía que estabas aquí."
"Liz, no creo que haya mucho que no sepas."
Ella deslizó su brazo en el suyo. "Es cierto. Llévame a almorzar, y charlemos."
"Claro".
Llegaron a un restaurante a pocas cuadras de distancia. Nick  se estaba muriendo de hambre después de la flagelación de Ben, por lo que cargó contra proteínas y carbohidratos, mientras Liz mordisqueaba una ensalada de pollo a la parrilla.
"Necesitas una hamburguesa con queso", dijo él, agitando el tenedor en su intento lamentable de comer.
"Cariño, si me das grasas, los gerentes generales no se comerán con los ojos mis piernas ni mis pechos. Entonces, ¿quién le conseguirá a tipos como tú contratos de millones de dólares?"
Nick  tomó un largo trago de agua. "Prefiero que comas una hamburguesa con queso."
Ella arqueó una ceja, se secó su oh-tan-linda boca con la servilleta, luego empujó su plato. "Hay un estreno en Hollywood esta semana al que quiero que vayas."
"No estoy interesado".
"Siempre dices eso. Y después siempre vas."
"Aún así no estoy interesado."
Liz respiró hondo, como si fuera un padre exasperado con un niño difícil. Él sabía que no estaba tratando de impresionarlo con la sugerencia. Nick  no follaba con las personas con las que hacía negocios, había funcionado muy bien para Liz también, porque no quería mezclar sus negocios con el placer tampoco. Para Nick, Liz era como una hermana - una hermana que a veces era muy molesta, pero que le hacía ganar un montón de dinero.
"Nick, es la temporada de estrenos de verano. Las personas están prestando atención a la televisión y a las revistas y a quien está apareciendo en esos grandes estrenos de las películas. Este sería un buen momento para hacer una aparición en una de esas enormes películas millonarias. La nueva película de Cynthia Beaudreaux sale el Miércoles".
"¿Qué tipo de película es?"
"Una comedia romántica".
Nick  mordió un pedazo de pan. "Me gustan las películas de acción."
"Pero ¿No te gustaría asistir al estreno de su película?"
Él prefería tener una endodoncia. Pero tal vez a ______ le gustaran las comedias románticas. "Déjame checar mi agenda, y me pondré en contacto contigo."
Liz arqueó una ceja. "Cariño, yo hago tu agenda. Sé cada movimiento que haces."
"No, no lo sabes."
"Sí, lo sé."
"No eres mi dueña, Liz. No cometas el error de pensar que lo eres. Quieres manejar mi carrera, bien. No pienses que manejas mi vida. Revisaré mi agenda y me pondré en contacto contigo."
Ella tomó su vaso de agua con gas, sin haberse ofendido para nada. Su vida consistía en hacer frente a atletas con grandes egos. Él sabía que iba a necesitarse una aplanadora para detenerla.
"¿No puedes hacer eso ahora?"
"Mi teléfono esta en el coche."
"¿No puedes ir a buscarlo?"
"No."
Y Nick  tuvo que admitir que le gustaba hacerla enojar.
Ella suspiró. "Estas probando mi paciencia, Nick".
“Sí, pero te hago ganar un montón de dinero, por lo que estás dispuesta a aguantarme. Te llamo más tarde esta noche, Liz. Y entonces te diré si me consigues algunos boletos para ese estreno."
“Me refiero a que lleves a Cynthia Beaudreaux al estreno de su película."
"¿No tiene ya una cita?"
"No lo sé. Tal vez la tiene. No me importa. Haré arreglos para que tú seas su cita."
"Ya estás otra vez, organizando la vida de las personas".
"Para su beneficio y tu beneficio."
"Si voy a este estreno, no será con Cynthia."
Los ojos de Liz brillaron con irritación. "¿Con quién será entonces?"
"Llevaría mi propia cita."
"¿A la organizadora de eventos?"
Él se encogió de hombros. "Tal vez".
"Ella es una don nadie."
"Pero el punto de este estreno es que me vean y me fotografíen, ¿verdad?"
Ella golpeó sus uñas sobre la mesa. “Sí. Pero—"
"Pero nada. Me has presentado a todas estas mujeres desde hace años, Liz. Y las Relaciones Publicas han sido grandes. De vez en cuando me gustaría elegir mi propia cita, ¿de acuerdo?"
Ella abrió la boca para decir algo, pero su mirada la hizo pensarlo dos veces.
Mujer inteligente. Ella sabía que cuando no discutir. "Llámame y me avisas sobre lo que decidas".
"Lo haré."
Nathan pasaría la semana en el campamento de fútbol. Ambos equipos— JV y Varsity— asistirían. Nunca estuvo lejos de ella tanto tiempo. Unos pocos días en excursiones escolares sí, pero no toda la semana. ______ lo había puesto en el autobús a las 05 a.m. esa mañana, y trató de no dejarle ver las lágrimas que amenazaban con caer, sabiendo que sentiría vergüenza. Además de que quería que se convirtiera en un adulto fuerte e independiente, y sin duda era eso y mucho más. Estuvo tan entusiasmado con ese campamento, que ella había economizando y ahorrando para poder pagárselo. Estaba feliz de ser capaz de hacer eso por él. Lo había ganado con buenas notas y haciendo la tarea, y si su actitud con respecto al año pasado no fue espectacular, ella había entendido que no era fácil siendo un adolescente y comenzando la escuela secundaria. Había tantas presiones en los chicos en esos días. Ella trataba de cortar un poco sus lazos, siempre y cuando las cosas no se salieran demasiado de las manos. Y esas molestas hormonas contaran por lo menos en algo de su comportamiento de Jekyll y Hyde.
Pero ahora tenía una semana entera de noches tranquilas en el hogar. No sabía lo que haría con ella misma. Sus días se mantendrían ocupados con el trabajo. Tenía un almuerzo el miércoles, así que hoy y el Martes ella y las otras mujeres estarían suficiente ocupadas  preparando el asunto.
Pero, ¿qué iba a hacer en la noche? Suponía que sería mejor empezar a prepararse a sí misma para los tiempos de soledad, ya que con el tiempo él conseguiría su licencia de conducir, empezaría a salir, a ir a la universidad. No estaría cerca mucho más.
Se vio mirándose en la  ventana de la cocina, regresando de vuelta a la realidad ante el sonido de su teléfono celular sonando. Lo agarró y respondió.
"Hola, bonita."
Nick.  Sonrió al oír su voz. "Hola, guapo".
"¿Qué estás haciendo?"
"Sintiendo pena de mí misma porque mi hijo me ha  abandonado por una semana."
"¿Ah, sí? ¿A dónde fue?"
"Al campamento de fútbol."
"Me acuerdo de esos. Pasará un buen rato."
"Estoy segura que lo hará. Pero es la primera vez que estaremos separados tanto tiempo."
“Caray, mamá, es tiempo de cortar el cordón."
Ahora le tocó el turno a ella de reír. “Tienes razón. Estoy exagerando, ¿Verdad?"
"Definitivamente. Entonces, ¿qué harás el Miércoles por la noche?"
"Tengo un almuerzo el miércoles."
"¿Pero el miércoles por la noche? ¿Estás libre?"
"Um, supongo que sí."
"¿A qué hora es el almuerzo?"
"Tenemos que terminar a eso de las dos, incluyendo la limpieza".
"¿Te gustaría ver una película conmigo el miércoles por la noche?"
Ella sonrió. Esa sería la manera perfecta de relajarse después de hacer el evento del miércoles. "Me encantaría".
"Grandioso. Si me das la ubicación del evento que estarás haciendo, haré que una limosina te recoja allí alrededor de las dos".
"¿Una limusina?"
“Sí. Te llevará al aeropuerto."
"¿Al aeropuerto? ¿Para ver una película?" Sintió como si se hubiera perdido de alguna parte de la conversación en alguna parte.
"Estaremos volando a Los Angeles para ver el estreno de I dreamed of You."
Ella se cayó en la silla. "¿Me estás tomando el pelo? Me muero por ver esa película."
"¿Sí? Grandioso".
"¿Hablas en serio? ¿Al estreno?"
"En serio".
"Oh, Dios mío, Nick".
"¿Eso significa que sí?"
"Um, sí. Por supuesto que sí. Me encantaría."
"Bien. Haré que la limusina te recoja a las dos. Volaremos hasta allí, nos alojaremos en un hotel toda la noche, si está bien contigo."
“Sí. Perfecto. Oh, Dios, tengo que encontrar algo para llevar a un estreno. Dios mío, no tengo mucho tiempo, ¿verdad?"
"Te llevaré mañana de compras."
"No necesito que me lleves de compras. Y no tengo tiempo para hacer compras. Estaré ocupada todo el día de mañana terminando los planes para el almuerzo."
“Muy bien. Haré que Liz te envíe algo."
"No. Puedo comprar mi propia ropa. Me haré algún tiempo. "
"______, no te invité al estreno para que entres en pánico. Y me aseguraré que tengas algo digno para usar en el estreno. Esa es mi responsabilidad, así que no te preocupes, ¿de acuerdo? Además, mi agente tiene personas que trabajan para ella, que no tienen casi nada que hacer."
Ella se echó a reír. "Bueno, si insistes. Y ¿Nick ?"
"¿Sí?"
"Gracias por haberme invitado. Estoy muy emocionada."
"Yo también."

Los dos días siguientes pasaron en una ráfaga de actividad. Cuando le dijo a las chicas sobre la invitación a la premier, no estuvo segura de si estaban más emocionadas al respecto de ella o de ellas. A pesar de que tenía un millón de cosas que hacer de última hora para el almuerzo, Maggie insistió en que ______ se hiciera la manicura y pedicura, a pesar de las vehementes protestas de ______ de que no tenía tiempo para eso. Pero Ellen y Karie le dijeron que todo estaba cubierto para el almuerzo, y ______ se preocupaba innecesariamente.
Pero ese era su trabajo. Si ella no se preocupaba por cada pequeño detalle, ¿Quién lo haría?
Por lo menos el almuerzo mantenía su mente lejos del estreno de la glamorosa película con Nick.  De lo contrario habría sido un caso total perdido preocupándose acerca de lo que iba a usar y cómo se peinaría y la joyería que elegiría.
Pero esas cosas, al parecer, estaban fuera de su control, al menos según Lisa Montgomery, que se presentó muy temprano el martes por la mañana. Lisa trabajaba para Elizabeth Darnell, la agente de Nick.  Entró en la tienda cuando abrió, tomó las medidas de ______, le preguntó sobre sus preferencias en colores para vestidos, zapatos, peinado, maquillaje y joyas, incluso. Maggie, Elena y Karie se rieron y se metieron en el espíritu de todo eso, mientras ______ se sentaba en su mayor parte sorprendida a pesar de todo hasta que Lisa le dio las gracias, le dijo que se iba a encargar de todo, que todo lo que ______ tenía que hacer era presentarse en Los Ángeles el miércoles, y entrar campante por la puerta.
Al momento del almuerzo—que salió perfectamente— terminó, ______ estaba física y mentalmente agotada. Sin embargo, cuando el servicio de limusina se presentó, no pudo dejar de sentir una renovada sensación de emoción, más por ver a Nick  que por el estreno. Sin embargo, Maggie la echó por la puerta y le dijo que acabaría la supervisión de lo último de la limpieza.
Así que se subió a la limusina negra, sintiéndose mucho más importante de lo que era, y trató de relajarse mientras se abrían camino hacia el aeropuerto de San Francisco. Se sorprendió al encontrar que tomarían un pequeño jet privado en lugar de una línea aérea comercial. Subió a bordo del jet de lujo. Nick  estaba sentado en la parte posterior en una silla que se veía muy cómoda. Se puso de pie cuando entró, se acercó a ella, la tomó en sus brazos y la besó sonoramente.
Ella se derritió en sus brazos, con toda la tensión de la semana flotando en sus labios mientras se movían sobre los de ella, con su lengua deslizándose en el interior, lamiendo la suya. Suspiró, apoyándose en él, amando la sensación de sus duros músculos mientras se aferraba a él.
Era difícil no querer seguir besándolo, tocándolo, pero no estaban solos. Ella rompió el beso, y tocó su frente con la suya.
"Te extrañé".
Ella sonrió, amando que él dijera las palabras que ella sentía. "También te eché de menos."
"¿Cómo salió tu almuerzo?" Le hizo señas mostrándole un sofá de cuero blanco.
Este jet no se parecía a un avión. Parecía como una suite de hotel con una exuberante alfombra y sillas de gran tamaño que giraban. Y el sofá. Nunca había visto nada igual.
Se sentó, y él se sentó a su lado. "Nos fue muy bien."
"Grandioso. Espero que consigas más negocios con eso."
"Yo también".
La azafata a bordo les sirvió un vaso de champaña. Ella sonrió, sintiéndose un poco decadente, pero con mucho gusto lo aceptó y luego se volvió a Nick , quien bebía una copa de lo que parecía ser una soda. "¿Tu no bebes champagne?"
"Es verano y estoy en práctica. Mi entrenador personal me daría una patada en el trasero si descubre que sudo alcohol."
Ella se echó a reír. "Entrenándote duro, ¿verdad?"
"A veces me quejo un poco después del entrenamiento. Sin embargo, no digas que me escuchaste decir eso. Simplemente golpea mi ego".
"Ni siquiera me lo puedo imaginar, en tan buena forma como estás, lo que se necesitaría para hacerte sentir así."
Él se encogió de hombros. "Me estoy haciendo mayor. Es más difícil mantenerme de esta manera, así que tengo que trabajar para ello."
"El fútbol es un deporte brutal. Tienes que estar construido como la ladera de una montaña para recibir el tipo de golpes que recibes."
Él se echó hacia atrás y jugó con los extremos de su pelo. "Es más fácil para mí que para muchos de los otros chicos. Yo sólo tengo que dar un paso atrás y tirar".
"Uh-ajá. He visto los juegos. Tomas tu parte en los aciertos."
"Así que, eres una fan. ¿Quieres un autógrafo?"
“Pues sí, lo quiero. Puedes autografiarme con tu lengua en mi—"
"Estaremos listos para el despegue en breve, Sr. Jonas. "
"Gracias Amanda", dijo, sin quitar sus ojos de ______. Una vez que Amanda se fue a la parte delantera del avión, Nick  se inclinó y rozó sus labios a través de los de ella.
______ Engulló, con su cuerpo envuelto en un infierno de necesidad.
"Tatuarte con mi lengua, ¿eh?"
Ella debería estar avergonzada de que Amanda, la auxiliar de vuelo había probablemente escuchado lo que dijo, pero en este momento su única preocupación era Nick.  "Sí".
"Tendré eso en mente. Es hora de abrocharse el cinturón."
Se movieron a los asientos quedando separados hasta después del despegue, momento en el que Amanda les trajo bebidas frescas, aperitivos de camarones a la plancha y una ensalada.
"Pensé necesitarías algo de comer", dijo Nick.  "Una vez que lleguemos no habrá ninguna hora para comer hasta después del estreno."
"¿Cuál es la agenda?"
"Liz dijo que hizo arreglos para que alguien te peinara y maquillara, y tiene tu vestido y zapatos y todas esas joyas listas en Los Ángeles"
"Nick, te has metido en un montón de problemas por mi. No tienes que hacer esto."
Él levantó la mano y le besó la muñeca. "Quiero que esta sea una noche divertida para ti."
"Obviamente este es el caso de cuando tu agente quiere que asistas para exponerte a los medios"
"Por supuesto."
"Y no exactamente esperaba que me llevaras como tu cita."
"No hago todo lo que Elizabeth me dice que haga." Sosteniendo su mano, lamió el interior de su muñeca. Ella se estremeció.
"¿Cuánto tiempo tenemos antes de que el vuelo aterrice?"
Nick  tomó su teléfono celular para echar un vistazo a la hora. "Unos cuarenta minutos. ¿Por qué? ¿Tienes algo en mente?"
Su mirada recorrió los límites del jet. "No tenemos mucha privacidad aquí".
"Más de la que crees." Se puso de pie y la tomó de la mano, llevándola a través de la puerta del fondo del avión. Se quedó sin aliento cuando se dio cuenta que era un dormitorio.
"Mierda. ¿A quién pertenece esta cosa? ¿A algún sultán?"
Nick  se echó a reír, entrando trás ella y envolviendo sus brazos alrededor. "Es el avión de Irvin Stokes".
"Oh, Dios mío. No tenía ni idea. Realmente le debes caer bien."
"Bueno, sí. Pero realmente le gusta Elizabeth, también. Ella le chismea, almuerza con su esposa todo el tiempo. Creo que piensa en ella como su oh - tan exitosa hija".
Ella se volvió y lo abrazó. "Creo que realmente tú le caes bien. No puedo creer estar en este avión."
"Basta de hablar de aviones." Nick  llegó detrás y cerró la puerta, empujando a ______ contra la pared. "¿Te importaría unirte al club de milla alta?"
"Pensé que nunca lo preguntarías." Ella apretó los labios en los suyos, con sus pezones ya hormigueando con el pensamiento de tener sexo con Nick  en este jet. Había teniendo experiencias salvajes con él, pero esto era loco y era muy emocionante. Estaba mojada y lista y deseando poder estar inmediatamente desnuda para que él pudiera follarla.
Por otra parte, ¿por qué tenía que estar desnuda de todas formas? Él tenía su boca sobre la de ella, con su duro cuerpo contra el suyo, y llevaba un vestido de tarde. Su pene estaba duro contra su cadera. Ella acomodó su cuerpo, poniendo su erección en contacto directo con su sexo, después se frotó contra él.
Él bajó la vista hacia ella con una ardiente expresión que hizo que su interior se fusionara.
"¿Hay algo que desees?"
“Sí. Tu pene dentro de mí. Ahora."
Él levantó su vestido, metiendo la mano mientras lo empujaba sobre sus caderas, luego alcanzando sus bragas y arrastrándoselas hacia abajo. Ella se movió, dejándolas caer al suelo. Nick  abrió sus pantalones y sacó su pene, llegando a su bolsillo por un condón, desgarrándolo, y poniéndoselo en un tiempo récord.
Nick  la empujó contra la pared y levantó la pierna sobre su cadera, empujando dentro de ella con una dura estocada que la hubiera hecho gritar si no hubiera sido consciente de que no estaban solos en este avión. En cambio, gimió mientras salía y entraba en ella de nuevo. Sentía el pulsar de su vagina, más exigente por el placer pecaminoso que le daba. Arrastró los tirantes de su vestido de sus hombros y mostró sus pechos, luego se inclinó para trabajar en uno de sus pezones y chupárselo fuerte. ______ se estremeció, golpeando su cabeza contra la pared del avión, el rugido de los motores era igual que el rugido de su sangre, que golpeaba sus oídos. Ella tiró de la camisa de Nick, y levantó sus brazos, lo que le permitió sacársela.
Oh, a ella le gustaba esto, que la golpeara contra la pared del avión, con su vestido como un taco en sus manos mientras se aferraba a él y mientras la golpeaba con sus profundos empujes hacia arriba, con su frenesí por hacer el amor sacándola de su mente y llevándola a un lugar donde se sentía loca y libre. Ella no sabía nada sino de este hombre y este momento y el centro de su deseo que se enrollaba como una serpiente, feroz y sin obstáculos. Ella marcó sus hombros con sus uñas y le exigió más.
“Mierda,” dijo ,meciendo su pelvis contra la de ella más duro, dándole más de lo que ella hubiera querido, deslizando su mano entre ellos para dar masajes a su clítoris, separándose lo suficiente para que ver como era follada por su pene dentro de ella y utilizado sus dedos en su clítoris.
"Me voy a correr, Nick.  Sigue follándome así."
Ella sintió que su vagina estaba tensa en torno a su pene, con una espiral salvaje de sensaciones haciéndose cargo, y se vino con un grito salvaje.
Nick  cerró su boca sobre la suya, chupando su lengua mientras se mecía en su contra, empujando muy dentro de ella con un gemido cuando alcanzó su clímax y envolvió con sus brazos alrededor de ella, levantándola del suelo mientras empujaba duro y profundo en su interior.
Sin aliento, con un hormigueo en las piernas, se fue con él cuando la llevó a la cama y cayó sobre él, con ella encima, con ambos jadeando y húmedos de sudor.
______ no habló durante unos minutos, conteniendo y sintiendo los latidos del corazón de Nick  en su contra, mientras le acariciaba la espalda.
"Creo que tu vestido se ha arrugado", dijo finalmente.
Ella se echó a reír. "No creo que me importe. Pero podríamos estar sudando la colcha del Sr. Stokes."
"No me importa, y estoy seguro de que a él tampoco."
Se limpiaron en el muy agradable y para nada  típico baño del avión. ______ se alisó el pelo y se visitó lo mejor que pudo, pero fue muy  obvio por sus rosadas mejillas y labios ligeramente hinchados que tenía una apariencia ‘de recién’ follada.
"Definitivamente, parece que acabo de tener sexo. ¿Cómo voy a hacerle frente a la tripulación del vuelo?"
"A la tripulación del vuelo se le paga muy bien para no notar nada. Vamos a tomar una copa antes de aterrizar. Me has dado sed."
Ella se rió y lo tomó de la mano, muy pronto sintiendo sed ella misma. 

martes, 6 de diciembre de 2011

El juego perfecto - Adaptación (Nick & Tu) Capítulo 8.

Ella se bajó de la cama. "¿Tu llave? ¿Por qué?"
"Tengo que recoger un juego que dejé allí. Estaré en casa en unos diez minutos."
"Uh, está bien."
"¡Mierda!", Dijo, agarrando sus bragas y pantalones vaqueros mientras cerraba el teléfono.
"¿Qué?"
"¿Qué?"
"Es Nathan. Viene a casa".
Los labios de Nick  se levantaron. "Oh. ¿Más pronto de lo que pensabas?"
"No. No se quedará aquí en absoluto. Pasará la noche en casa de su amigo."
"Entonces. Me trajiste aquí con falsos pretextos, ¿eh?"
"Oh, cállate y reúne tu ropa."
Ella se precipitó en el cuarto de baño y abrió el grifo, tiró una toalla a Nick, que sonrió mientras caminaba por ella. ¿Cómo se atrevía a verse tan relajado y feliz?
Ella se limpió en un tiempo récord, se acomodó la ropa, puso su pelo en una coleta, y se salpicó agua fría en la enrojecida cara, entonces prácticamente arrastró a Nick  fuera de su habitación y bajó las escaleras.
“Muy bien, a la cocina," dijo ella, sin aliento mientras se precipitaba a la cocina y comenzaba a hacer té.
"¿Quieres relajarte? Él no está aquí todavía, ¿verdad?"
"No. Pero mi Dios, podría haber entrado. ¿En qué estábamos pensando?" Negó mientras llenaba la tetera con agua.
Él vino por detrás y la estrechó entre sus brazos poniéndoselos alrededor. "No sé tú, pero yo pensaba en lo bien que se siente estar dentro de ti."
Lo empujó con la cadera. "Deja de hacer eso."
"¡Mamá! ¡Estoy en casa!"
Ella se sacudió dándose la vuelta y pegándose una sonrisa. "Estoy aquí".
Si sólo su corazón dejara de golpear frenéticamente contra su pecho, no caería desmayada.
Nathan entró en la cocina, le echó un vistazo a ella y luego a Nick, y sus ojos se abrieron. "Mierda."
"Nathan, vigila tus palabras."
"Eres Nick  Jonas. ”
Nick  sonrió y estrechó la mano de Nathan. "Lo soy. Y tú eres Nathan. Encantado de conocerte".
Nathan tragó, y ______ estuvo segura que nunca había visto a su hijo tan increíblemente deslumbrado antes.
“¿Supongo que sabes que Nick  es…?"
Ni siquiera la miró, sólo mantuvo su sorprendida mirada centrada en Nick.  "Eh, mamá. No soy un idiota."
Nick  sacó una silla y se sentó. Nathan se sentó en la silla junto a la suya. "Tu mamá dice que juegas fútbol".
“Sí. Junior Varsity ya que sólo soy estudiante de primer año. Bueno, seré estudiante de segundo año en el otoño."
"Jugué JV como estudiante de primer año, también. No logré entrar en el equipo de la escuela hasta que fui junior."
Comenzaron a charlar sobre fútbol, lo que le dio a ______ un minuto para conseguir mantener su ritmo cardíaco bajo control. Bueno, el desastre se había evitado. Su hijo no los había encontrado ni a  ella ni a Nick  practicando sexo como monos salvajes. Dios mío, ¿A dónde había ido su sentido común? Nunca traía hombres a casa, y mucho menos tenía sexo con ellos allí.
Nick  era una influencia muy mala para ella.
"Entonces, ¿dónde se conocieron?"
"Tu mamá planeó un evento para nuestro equipo un par de semanas atrás."
Nathan cambió su mirada a los ojos abiertos a ella. "¿De verdad?"
______ trajo el té a la mesa. "Lo hice."
"No lo sabía."
"Creo habértelo mencionado. Más de una vez, de hecho. Podrías tratar de escucharme cuando hablo de mi trabajo."
Nathan se encogió de hombros. "Tu trabajo es todo aburrido."
"Evidentemente no", dijo Nick, "O no te habrías perdido su parte en la organización de un evento para mi equipo. Podrías haber incluso conseguido una invitación si hubieras estado prestando atención." Nick  le dio un codazo Nathan. Nathan tuvo la decencia de arquear la cabeza y ruborizarse.
Buen movimiento, Nick.  
“Sí, bueno, tal vez debería haber estado escuchando. ¿Alguna otra cosa buena por venir, mamá?"
"Lamentablemente, no. A menos que quieras acompañarme a un almuerzo para el ayuntamiento. ¿O tal vez a un jardín por la fiesta de las Hijas de la Revolución Americana?"
Nathan negó. "No, gracias. Prefiero tener las piernas llenas de cera."
Nick  se echó a reír. "No puedo decir que te culpo, amigo."
______ ordenó pizza, y Nathan de alguna manera logró colar invitaciones para que una "pareja" de sus mejores amigos vinieran. ______ se resistió a ello, pero Nick  dijo que no le importaba. Antes que lo supiera, cinco adolescentes estaban colgados de cada palabra de Nick  y devoraban las diez pizzas que había pedido, y que Nick  había insistido en pagar. Una vez que la horda voraz de adolescentes y un  adulto con un hambre insaciable se hubieron saciado, Nick  se sentó en la sala con Nathan y sus amigos se acomodaron alrededor de él, y hablaron de fútbol sin parar.
______ se apoyó contra la pared y escuchó. Nick  parecía tan a gusto con los chicos, que no le importaba responder a la andanada de preguntas, y ella no había oído hablar a su hijo tanto desde que tenía seis años. Por supuesto, no era que rutinariamente hablara de fútbol con él, tampoco. Después de todo, era su madre. Y una chica. Por lo tanto tenía muchos puntos en su contra, mientras que Nick  se hacía el héroe. Era una estrella de fútbol, y nunca tenía que hacer el trabajo sucio como decirle a su hijo que hiciera su tarea o regañarlo por no respetar su toque de queda.
Era tan injusto.
"Y ¿qué pasa con Kevin? ¿Es tan impresionante como parece?" Preguntó Nathan.
______ mentalmente corrió a través de la lista de todos los jugadores de San  Francisco y se quedó en blanco. Pensó que los conocía a todos. "¿Quién es Kevin?”
Nathan le lanzó una mirada que decía que era una completa idiota. "Kevin Jonas, mamá."
"Ah..."
______ volvió la mirada hacia Nick, que se veía divertido, en cambio Nathan parecía consternado.
"Mamá, Kevin Jonas no sólo es el hermano más joven de Nick, también es jugador profesional de béisbol. ¿Primera base? Juega en San Louis, que por cierto es también ¿la ciudad natal de Nick  y Kevin? ¿En qué planeta vives de todos modos?"
"En Marte, al parecer," dijo ______, disparando una mirada desesperanzada a Nick, quien se echó a reír.
"No creo que necesites conocer a todos los jugadores de todos los deportes, Nathan. Y tu mamá y yo recientemente empezamos a salir, por lo que no se sabe mi biografía, así como tú."
“Sí, pero si está saliendo contigo, te aseguro como el infierno debe saber quién es tu hermano."
"Esa lengua Nathan," ______ tiró a su espalda.
Nathan se encogió de hombros.
"Apenas hemos hablado solo del uno y del otro, no hemos entrando en la historia de la familia, Nate" Nick  dijo con una sonrisa directa hacia ______.
Los chicos asintieron con la cabeza de una manera muy adulta. Nathan lanzó una mirada curiosa a ______ que la hizo querer escabullirse fuera de la habitación.
"Esto es grave. Así que de todos modos, por eso juego con Green Bay..."
Salvados por el fútbol. ______ salió de la habitación antes que cualquier otro tema vergonzoso saliera y Nick  se le acercó. ______ dejo a Nick  disfrutar de la  adoración de los chicos adolescentes por un rato más, hasta que la encontró en la cocina lavando los platos. Por lo menos, esperaba que el tipo que deslizaba sus brazos alrededor de ella fuera Nick.  Se dio la vuelta cuando él le besó el cuello.
"No tienes que ocultarte aquí", dijo.
Ella se secó las manos con la toalla de cocina y retrocedió. "No quería entrometerme en medio del culto al héroe."
"Son chicos buenos. Pero igual que todos los chicos, tienden a querer ser el centro de atención. Yo estoy saliendo contigo, no con ellos. Y tienes derecho a hacerte valer."
"No me importa. ¿Dónde están ahora?"
"Envié al club de fans a casa. Nathan está arriba elaborando algunas jugadas para la práctica de mañana con su amigo, entonces se irán. Dijo que tiene práctica mañana, así que le dije que debería estar dormido a las once."
______ oyó los sonidos de pies pisando fuerte por las escaleras. Nathan y Devon aparecieron en la cocina.
Su hijo estaba sonriendo. Riendo, incluso.
"Nos vamos de aquí. Adiós, mamá. Nos vemos, Nick ".
"Nos vemos, Nathan," dijo Nick.  "No se te olvide dormir un poco.”
 Nathan lo saludó. "Está bien."
Cuando se fue, ______ soltó un bufido. "¿Las luces se apagan a las once? Sí, claro. Como si fuera a pasar."
"Sucederá. Me lo prometió."
Ella arqueó una ceja. "Hablas en serio. En realidad va a dormirse a las once."
Nick  se encogió de hombros. "Yo di mi discurso sobre chicos creciendo y la necesidad de dormir de los atletas y como la práctica de fútbol saca a relucir tu cuerpo cada día, especialmente en verano. Te puedo garantizar que a las once, él y su amigo se irán a dormir."
______ se echó hacia atrás. "Yo estoy... aturdida. No puedo decirte con qué frecuencia peleo con él acerca de ir a la cama a una hora decente."
"Yo fui adolescente una vez. Sé lo horrible que somos y pido disculpas por mi género."
Ella no podía dejar de reír. "Disculpa aceptada".
"Bien. Ahora, ven siéntate conmigo y relájate."
La arrastró hasta la sala, encendió la televisión, y se dejó caer en el sofá, entonces esperó que ella se acurrucara con él.
Ella dudó.
"¿Qué sucede?"
"Yo no traigo hombres aquí."
Él apoyó los pies en alto. "¿Por qué no?"
Se sentó en la silla en lugar de en el sillón, con él. "No lo sé. Pensé que... no."
"¿Así que piensas que está mal para tu hijo que sepa que tienes a un tipo más con quien ver la televisión?"
Lo miró fijamente. "Nick.  No lo sé. Yo no... Salgo en citas".
"Tiene catorce años, ________".
Ella se mordió el labio inferior. "Su cumpleaños es el próximo mes"
"¿Así que me estás diciendo que va a tener quince el próximo mes, y nunca has traído a otro hombre? ¿En cuánto tiempo?"
"¿Qué quieres decir?"
"¿Y su padre?"
Ella dudó. "Él no es parte de la vida de Nathan ahora."
La estudió. "¿Cuánto tiempo ha estado su padre fuera de su vida?"
"Oh." Ella miró hacia abajo, a sus manos por unos pocos segundos.
"Soy un entrometido. Lo siento."
"Su papá nunca ha estado en su vida."
"¿Nunca?"
"No"
"Bastardo".
Ella se estremeció inhalando y levantando la mirada hacia él. "Es una larga historia."
"¿Quieres hablar de ello?"
"No esta noche."
"Está bien. Pero aun así, tienes derecho a tener una vida".
Ella se encogió de hombros. "He estado muy ocupada, primero cuando Nathan era pequeño, y luego con su educación, y ahora tratando de conseguirme una carrera."
"Una vez más, necesitas tener una vida. Y está bien tener una cita de vez en cuando."
Cuando él lo decía así, sonaba ridículo y provincial. "Yo sólo no quería ser como las madres solteras que tienen a un grupo de chicos desfilando dentro y fuera de su vida."
"Y no es así, ¿verdad?"
"No"
"Entonces ven aquí y veamos una película. Te prometo que no te violaré."
"Bueno, ¿dónde está la diversión en eso?"
Oh, hombre. Nick  estaba en serios problemas.
Le gustaba esta mujer. Realmente le gustaba. Y le gustaba su hijo, también. Era una buena madre, él podía decirlo. No buscaba su propio placer. Se hacía cargo de su hijo y sus necesidades, obviamente no acudía a fiestas en detrimento del bienestar de Nathan, y en realidad era una de esas mujeres que ponían primero a su hijo.
Y esto estaba hasta ahora tan fuera de su elemento que no tenía idea de lo que estaba haciendo.
Una hora y media de película y se quedó dormida en su hombro, roncando suavemente, lo que encontraba increíblemente real. Ninguna mujer que Liz le consiguiera sería atrapada así, muerta con la boca abierta y roncando sobre su hombro, por no hablar de su pelo que sobresalía de los lados de su cola de caballo.
Se acomodó y puso la cabeza de ______ en su regazo. Dios, era linda. No magnífica como para caer muerto en el sentido en que estaba acostumbrado. Había tenido montones de mujeres hermosas en sus brazos antes. Pero le gustaba que ______ fuera... normal y linda. Y que roncara. Sí, le gustaba eso de ella.
Ella roncó de nuevo y después rodó sobre su lado, doblando sus rodillas hasta su pecho. Nick  jaló la cobija de la parte de arriba del sillón y la cubrió con ella.
No se despertó, probablemente estaba exhausta. Se preguntó desde cuando lo hacía todo sola. ¿Criando a su hijo sola? Hombre, no debió ser nada fácil, y no había mencionado nada sobre su familia.
Nathan parecía un buen chico también. Igual que sus amigos. Lo que quería decir que ella estuvo haciendo las cosas bien. Sola.
Como si ella no le gustara ya lo suficiente, ahora la admiraba también.
Sí, estaba en grandes problemas con esta mujer.

lunes, 5 de diciembre de 2011

El juego perfecto - Adaptación (Nick & Tu) Capítulo 7.

______ tenía media hora antes que Nick  llegara, y era un desastre total. Uno pensaría que la reina llegaría en lugar de sólo un hombre que venía a sentarse en su sofá y comer pizza.
Su casa era un desastre, debido al flagelo de tener un adolescente sin supervisión corriendo frenéticamente durante el día. Latas de refrescos vacías llenaban las mesas de la sala de estar, el fregadero estaba lleno de platos, y el culpable ya se había ido a la casa de su amigo para pasar la noche.
El chico sería pan tostado. Lo tendría limpiando la casa el resto de la semana.
Recogió, pasó la aspiradora, arrojó los platos al lavavajillas, después fue arriba a cambiarse de ropa, decidiendo que Nick  tendría que lidiar con su vida y el estado de su casa o se podía largar, prefiriendo el estilo de vida del jet set con caviar, con servicio de limpieza, y supermodelos.
______ no era ni el caviar ni una supermodelo, y podría estar segura que no tenía servicio de limpieza. Era de pizza los viernes por la noche, y de la forma en que se veía ahora, con las mangas dobladas, pantalones de mezclilla y sandalias, con su cabello en una cola de caballo como una cosita desordenada. Él iba a tener que tomarlo o dejarlo.
Dejó escapar un grito bajo cuando sonó el timbre, luego se apresuró escaleras abajo hacia la puerta, dio un vistazo al reloj mientras bajaba dos escalones a la vez.
Quedó sin aliento al tiempo que abría la puerta, y Nick  frunció el ceño.
"¿Teniendo un ataque de asma?"
“Más bien un ataque de pánico. Estaba recogiendo la casa y tratando de ponerme presentable".
Él tenía un ramo de flores en su mano. "Te ves muy presentable para mí. Estas son para ti."
Flores silvestres. No una docena de rosas, sino margaritas y campanillas y lirios y fresias y besitos de bebé. "Son hermosas. Gracias."
La siguió hasta la cocina. "No me pareciste el tipo de mujer de rosas."
"No soy del tipo de mujer de rosas. Me encantan estas". Tomó un florero y lo llenó con agua, luego acomodó las flores en él y lo puso en la mesa del comedor.
"¿Dónde está Nathan?"
"No está en casa." No le diría que Nathan pasaría la noche del viernes en casa de un amigo. No estaba preparada para que Nick  lo conociera todavía. Era demasiado pronto, y no estaba segura de a donde Nick  y ella se dirigían. Infiernos, no estaba segura sobre nada. De ninguna manera iba a involucrar a su hijo.
"Ya veo." La agarró por la cintura y la sacudió en su contra, después se plantó en sus labios, dándole en serio un caliente beso que la derritió hasta los pies en el piso de la cocina. ______ se hundió en su beso, olvidándose de donde estaba hasta que Nick  se apartó.
"Wow".
Él sonrió. "Supuse que no estaríamos solos esta noche, así que quería hacerlo ahora."
Ella parpadeó para despejar su cabeza. "Está bien, entonces."
Miró a su alrededor. "Así que, muéstrame tu casa."
"Es sólo un piso, Nick.  Nada lujoso."
Se volvió hacia ella. "Vivo en un condominio. Nada fantástico, tampoco. Entonces, muéstrame el tuyo, y cuando vengas a mi casa te enseñaré el mío."
Sus palabras evocaron imágenes de él mostrándole el suyo y ella mostrándole el de ella que no tenía nada que ver con un lugar donde vivir. Trató de suprimir el cosquilleo que rodó por su espalda, pero mientras lo guiaba de una habitación a otra, sentía sus ojos en ella y se preguntó si realmente estaría viendo su casa o a ella.
"Tienes un lugar agradable, ______".
Ella se encogió de hombros. "Trato de hacer un hogar para Nathan. Y es un vago, así que si encuentras zapatos de tenis apestosos en cualquier lugar, le deberás echar la culpa."
Él se echó a reír. "Olvidas de con quién estás hablando. Y me alegro de que no estés en mi apartamento ahora mismo, ya que probablemente encontrarías tenis apestosos en alguna parte. Así que relájate. El hecho de que haya un adolescente y que en realidad viva aquí no va a enviarme corriendo por la puerta. Fui adolescente una vez. Es la forma en que viven."
“Muy bien. Trataré de no entrar en pánico." Lo llevó a través de la sala de estar y del comedor.
"No creo que quieras ver el piso de arriba."
“Claro que sí. Quiero ver a toda tu casa."
Ella suspiró. "Bien".
Fueron por la escalera, y de nuevo sintió su mirada sobre ella. No la hacía sentir incómoda, exactamente, sino apenas consciente de que estaba sola en su casa con un hombre. ¿Cuándo estuvo sola en su casa con un hombre?
Eh... ¿nunca? Nunca llevó hombres, nunca había querido un desfile de hombres corriendo dentro y fuera de la vida de Nathan. Había pensado que si alguna vez tenía una relación permanente con un hombre, lo dejaría conocer a Nathan.
Así que ¿por qué había invitado a Nick? Ni siquiera estaban saliendo.
"Hay tres dormitorios aquí. La habitación de Nathan, mi habitación, y la tercera que uso como oficina. Probablemente debería advertirte sobre el cuarto de Nathan..."
"Te la puedes saltar. Ese es su dominio privado, y no quiero violarlo."
Se quedó fuera de la puerta de su dormitorio. "Oh, ¿Pero estás bien violando mis dominios privados?"
Él se inclinó sobre ella y se volvió a la manija de la puerta. "Cariño, ya he violado tus dominios.”
Ahí estaba ese coqueteo de nuevo, su sexo y sus pezones fueron muy conscientes de que estaban entrando en su dormitorio.
Ella dio un paso atrás y dejando que lo viera, pensando daría una mirada superficial y estarían camino a las escaleras.
"Se parece a ti".
Ella miró su dormitorio, el edredón crema y  marrón, los cuadros de las paredes, las fotos de Nathan. Se volvió a Nick  "¿En serio? ¿Cómo?"
"Colorido. El arte de las paredes no es sólo un revoltijo de basura. Las texturas de las dos imágenes sobre la cama contrastan con los colores de la colcha. Me gusta el arte Mondine, por cierto. Está de moda, porque no pinta esa mierda rara que no puedes entender qué diablos es. Las fotos en blanco y negro de tu hijo parecen captar su personalidad. Parece que está intentando enérgicamente ser malditamente serio y todo maduro, pero es sólo un bobo grande y probablemente se siente tonto gran parte del tiempo. La maldición de tener casi quince años. Chico lindo, por cierto."
"Gracias." Su voz la había atrapado porque había descrito perfectamente su hijo al principio de los incómodos años de la adolescencia.
"Puedo decirte que estás en cada pieza. Lo mismo con los adornos que están extendidos por toda la casa. No es una exageración, sólo sutiles toques. No es molesto, es simple. No me siento como si tuviera que mirar por donde caminar o dónde poner el vaso. Y me imagino que tu hijo se siente cómodo viviendo aquí. Tu lugar es como para vivir en él. Es acogedor."
Lo miró fijamente durante más tiempo, hasta que se echó a reír.
"¿Qué?", Preguntó.
"¿Quién eres?”
"¿Eh?"
"Ningún jugador de fútbol sabe de arte y decoración. Y tú sabes quién es Mondine."
"Oh. Bueno, culpa a Liz por eso."
"¿A Liz?"
"Mi agente. Ella me hace ir a las inauguraciones de las galerías y de los museos y a los eventos de caridad de las artes… el tipo de cosas que ningún jugador de fútbol debería tener que soportar. Si las disfrutarías bastante, algo se te pega. Me gusta esta escultura de aquí", dijo, recogiendo una de los amantes entrelazados. "Dice algo acerca de quién eres tú, así como del artista."
"¿Qué dice de mí?"
"Que sabes de buen arte. Vi esto en la inauguración de una galería hace unos meses. También dice que eres romántica".
Ella se sentó en el extremo de la cama y lo miró. "Hay partes de ti que me sorprenden, Nick  Jonas. "
Se sentó a su lado. "¿Es algo bueno o malo que sea así?"
Ella se frotó la sien. "No lo he decidido todavía." Sabía que la había cautivado, porque era de una manera más compleja de lo que ella le había dado crédito.
La atrajo a su regazo. "Cuando lo decidas,  avísame. Mientras tanto, quiero decirte lo mucho que te extrañé esta semana".
Sólo estar cerca de él ponía sus terminaciones nerviosas a tiro, despertando todas sus partes femeninas que lo habían extrañado, que ansiaban su toque. La parte lógica en ella, en cambio, sabía que era una mala idea, sobre todo porque estaban sentados en la cama. Pero no podía conseguir que su maldito cuerpo escuchara las señales de su cerebro que le decían que se levantara. En cambio, puso sus brazos alrededor de su cuello y deslizó sus dedos a la suavidad de su grueso pelo. "¿Me extrañaste?"
“Sí. Si hubiera tenido tu número, te hubiera llamado."
"Me alegro de haberte dado mi número, entonces."
"Echaba de menos poder hablar contigo."
"Me gusta hablar contigo, también." Esa era la verdad. La hacía reír. Era inteligente y perversamente divertido. Él estaba interesado en ella, en quien era como persona, no sólo como alguien con quien tener sexo. Hombres como él eran tan raros.
La rodó sobre la cama. "Pensé mucho acerca de besarte."
"¿Es eso cierto?"
"Es correcto." Apretó los labios en los de ella, con su lengua hundiéndose en su interior y conteniendo su aliento, haciéndola olvidar todo, excepto su sabor, su olor, la sensación de su duro cuerpo junto al suyo. Ella puso su pierna alrededor de su cadera y lo atrajo más cerca, ya mojada y necesitada del tipo de beso hey-Te-extrañé que se convirtió en algo más profundo, más apasionado. Ella le sacó la camisa fuera del pantalón y deslizó su mano en el interior, presionando su palma contra su caliente abdomen, queriendo tocar su piel, para sentir los latidos de su pulso contra su mano.
Nick  le dio la vuelta sobre su espalda, con su cuerpo encima de ella mientras movía sus labios de su boca a su mandíbula, con su lengua deslizándose por su cuello. Ella se estremeció cuando él aplicó succión allí.
"Eso hace que mis pezones se pongan duros."
Él levantó la parte superior de su cuerpo. "¿En serio? Veámoslo."
Tiró de su sostén a lo largo de sus pechos, sonrió y cubrió un pezón con su boca. Ella se arqueó contra su húmedo calor y la forma en que él con suavidad chupaba de sus pezones.
Sí, lo extrañó mucho. Y ahora que estaba aquí, tenía una necesidad de sentir algunos temblores repentinos en su interior.
"Nick, por favor. Fóllame".
En su lugar, él liberó el botón de sus pantalones vaqueros y se los quitó, entonces la besó a fondo en su vientre.
______ se apoderó de la colcha con las dos manos, con todo el cuerpo tenso por la necesidad mientras arrastraba sus pantalones vaqueros y las bragas a sus piernas. Él le abrió las piernas y se metió entre ellas, acomodándolas sobre sus hombros y plantando su boca sobre su sexo.
"¿Te tocaste esta semana?", Le preguntó mirándola.
"No"
"¿Por qué no?"
"Estuve muy ocupada."
"Nunca debes estar demasiado ocupada para correrte, ________".
"Tengo que correrme ahora." Ella se agachó y deslizó sus dedos en la suavidad de su pelo.
"Me gusta que no te hayas corrido desde que estuviste conmigo". Besó su muslo, y luego posó su boca en ella.
"Oh", fue lo único que pudo decir mientras él humedecía la longitud de su sexo, con su lengua y labios, encontrando su clítoris. Ella estaba tan preparada para un orgasmo que se arqueó contra él, inclinándose hacia delante para tocarlo, para ver como la lamía, chupaba, deslizaba su lengua dentro de ella, y hacía todo lo posible para llevarla directo sobre el borde. Él arremolinó la lengua por su punto más sensible, implacable en tomarla ahí mismo sólo dejándola cuando jadeó y comenzó a correrse.
Y cuando ella tiró de su cabello, él puso su boca a su alrededor, poniendo la lengua plana y dándole justo lo que necesitaba.
“Sí. Me corro." Empujó su vagina contra su cara y movió sus caderas mientras ella se venía en oleadas calientes, dulces que venían y venían, parando su respiración. Y cuando ella cayó en el colchón él estaba allí, subiendo por su cuerpo para besarla, para probar la dulzura de su propio placer. Envolvió sus brazos alrededor de él y pasó su lengua por sus labios y mentón, bajando una mano por su cuerpo hasta su pene.
"Ahora fóllame. Date prisa."
Sacó un condón y se volcó sobre ella en el borde de la cama sobre su estómago. Entró en ella fuerte y rápido, entrecortadamente, con escalofríos rompiendo su piel.
Ella se levantó, y Nick  pasó sus manos por su espalda mientras salía y se empujaba en el interior de ella otra vez. Se inclinó y colocó el pelo de su cara a un lado, presionando sus labios en su nuca.
"Estás mojada. ¿Sabes lo mojada, apretada y caliente estás?"
Ella no pensó que su pregunta requería de una respuesta. Jadeaba demasiado mientras él se movía dentro de ella, así que no podría haberle contestado. Su única respuesta fue moverse hacia atrás, dándole más acceso a ella.
Nick  la agarró de las caderas para jalarla contra él. Se inclinó sobre sus pechos, golpeando en su interior con su ahora duro eje. ______ se cerró sobre él y quedó contra el borde de la cama mientras él empujaba profundo, luego se retiraba, cada vez más rápido que antes, cada vez llevándola más arriba, con su eje pareciendo hincharse dentro de ella, acariciando todos sus tejidos sensibles.
Quería acompañarlo en su interior. Movió su mano entre sus piernas y frotó su clítoris, tan lleno de él que sólo con tocarse sentía acercarse su clímax.
Nick  se volvió más lento y se movió más fácilmente, entonces envolvió un brazo por su cintura y se balanceó contra él con un ritmo fácil, pareciendo saber lo que necesitaba. Sintió sus pulsos, sintió que su vagina lo agarraba de una forma más dura, mientras daba la vuelta sobre el borde con él.
Él gimió y apretó cuando se empujó una y otra vez. ______ gritó por su orgasmo hasta que se gastó tanto, que quedó con su boca sobre la cama y Nick  extendido en la parte superior de su espalda.
Ella respiraba dentro y fuera, disfrutando de la sensación de tenerlo en su contra. Se sentía mareada, eufórica, tomándose su tiempo cuando él abrió los ojos justo cuando su teléfono sonó.
"¿Contestarás?"
"Debería. Puede ser Nathan."
Agarró sus pantalones vaqueros y tomó su celular. Era Nathan. Ella se sonrojó mientras respondía, a pesar de que Nathan no podía saber que Nick  estaba ahí.
"Hola".
"Oye mamá. He olvidado mi llave, así que sólo quería asegurarme que estabas en casa." 

El juego perfecto - Adaptación (Nick & Tu) Capítulo 6.

"¿Cómo estuvo el campamento de fútbol?"
"Bien."
"¿Aprendiste alguna jugada nueva?"
Encogimiento de hombros.
"¿Conociste nuevos amigos?"
"Mamá, no tengo seis años. Estuvo bien, ¿de acuerdo?"
Nathan llevó su tazón de cereal al fregadero y lo dejó caer allí.
"En el lavavajillas, por favor. No soy tu sirvienta".
"Lo que sea. Tengo que ir a prepararme para el entrenamiento."
Enjuagó el tazón y lo arrojó en el lavavajillas, luego resopló fuera de la cocina y en su habitación, donde cerró la puerta con un portazo.
Hermoso.
______ dejó escapar un largo suspiro. ¿Por qué la paternidad no venía con un manual? No había una guía para tratar adolescentes, y ella no tenía padres o hermanos para buscar ayuda.
¿Habría sido tan difícil ella también a su edad?
Probablemente.
Ugh. Por otra parte, ella fue mucho más cariñosa de lo que sus propios padres fueron. Punto a su favor. No era que eso ayudara a Nathan. Podría ser agradable con él o podría ser hosca, pero parecía no impactarlo de ninguna manera. Tenía esa actitud que ya era una forma de arte. No importaba lo que ella hiciera o dijera, él siempre se enojaba.
Tendría quince en menos de un mes. Debería planear algo divertido para él, dejarlo que invitara a sus amigos, y...
¿Y qué? No tenía idea de lo que le gustaba. Tenía sus auriculares metidos en los oídos y escuchaba música o se entretenía con los juegos de su portátil cuando estaba en casa. De lo contrario jugaba a fútbol y salía con sus amigos. El chico no era exactamente una mariposa social. Por lo que ella sabía, las chicas aún no habían entrado en escena.
Por lo que sabía. Y cierto, no sabía mucho, aunque estaba decidida a no ser como sus padres. Le gustara o no, participaría en la vida de su hijo. Se mordió un padrastro y tomó su taza de café, pensando en cómo llegar a su recalcitrante hijo que realmente no era más un niño.
Tenía casi quince años. A los quince años ella estuvo de fiesta con sus amigos y con los otros chicos. Y estaba embarazada, debido principalmente a que sus padres estaban demasiado ocupados con sus propios demonios privados como para prestarle atención a lo que estaba haciendo con su vida. Y oh, cómo se había arruinado la vida.
Señor. Se frotó las sienes y envió una silenciosa oración a Dios porque la historia no se repitiera.
No, no lo haría. Ella estaba siempre sobre Nathan y lo que estaba haciendo. No lo dejaría ir por el mal camino. Amaba a su hijo, prestaba atención a su trabajo escolar y a sus actividades después de ella. No fue hasta este año pasado en el primer año de la escuela secundaria que se había vuelto callado y sombrío con ella, pero se lo había achacado a las hormonas y a la pubertad. Tenía que darle un poco de espacio, odiaba que los padres pusieran un dedo sobre sus hijos, sin darles ninguna libertad. Hasta el momento, las calificaciones de Nathan eran buenas, y no le había dado ninguna razón para pensar que estuviera en algún tipo de problema.
Debía confiar en él… hasta que le diera una razón para no confiar.
Y le pedía a Dios poder seguir confiando en él, porque era verano y había que ir a trabajar y ya estaba malditamente grande para una niñera.
Pero al menos tenía la práctica de fútbol que lo mantenía ocupado durante parte del día, y por esa parte del día no tenía que preocuparse por lo que estuviera haciendo o en qué tipo de problemas se estaría metiendo.
Lo cuál era otra razón por la que no podía involucrarse en ningún tipo de relación en este momento. Nathan era su primera prioridad. Tenía que permanecer sobre los dedos de sus pies, y juguetear con un chico caliente como Nick  Jonas definitivamente desviaba su atención lejos de Nathan. Lo cual se negaba a hacer.
En el momento en que entró a la oficina, había logrado colocar la preocupación por Nathan del rincón de su cerebro que normalmente compartía con él. Siempre estaba ahí, pero no dominaba cada uno de sus pensamientos. Tenía un teléfono celular y sabía que podían llamarla en caso de una emergencia. Su oficina estaba a diez minutos de su casa, para poder llegar a toda prisa si fuera necesario.
El día transcurrió con una serie de reuniones sobre clientes y eventos. Gracias a Dios por su trabajo y por sus clientes, y por Maggie y las otras mujeres, que la mantenían en su sano juicio.
Para cuando dieron las cuatro, se sorprendió de que el día ya se hubiera ido. Tomó un sorbo de su taza de té y se acercó al papeleo y metió algunas fechas en el ordenador.
"¿Has estado viendo al sexi mariscal ah?"
______ miró hacia arriba para encontrar a Maggie acomodándose en su oficina como si estuviera en su casa.
En realidad, pasó una semana desde aquella noche en la cima de la montaña con Nick.  Él no la había llamado. Dijo que lo haría. Por otra parte, era hombre. Habían tenido sexo. Él era muy popular y pasó por un montón de mujeres, ninguna de las cuales tenía hijos. ______ sabía que una vez que ella dejara caer esa bomba sobre él, sería el fin de la persecución de Nick  Jonas.
Es lo que ella había querido. Aun así, le picaba. Sólo un poco.
Afortunadamente, estuvo demasiado ocupada durante toda la semana como para que le molestara demasiado.
"No. No lo he visto para nada. Y te dije que no me involucraría."
"Uh-ajá. Está en la parte de adelante esperándote."
______ salió disparada de su silla y derramó gotas de té sobre todo el papeleo. "Mierda".
Maggie rió.
"Maldita sea, ¿por qué simplemente no me lo dijiste?”
Maggie sonrió y tomó una servilleta para limpiar las manchas de té. "Es más divertido de esta manera."
"Bruja". ______ se alisó con las manos el frente de la falda, que tenía cuadros negros y blancos, se ajustó el cinturón negro ancho y dio una rápida mirada a su cabello en el espejo sobre su escritorio.
Su blusa estaba escondida y se veía bien. Se veía muy bien.
"¿Qué está haciendo aquí?" Preguntó a Maggie.
Maggie se encogió de hombros. "Estoy segura de que no lo sé, pero se ve lo suficientemente bueno como para comérselo".
______ puso los ojos en blanco mientras se movía alrededor de su escritorio hacia la puerta. "Necesitas un hombre para ti."
Maggie suspiró y siguió a ______ fuera de su oficina. "¿Crees que no lo sé?"
Estaba nerviosa mientras caminaba al frente de la tienda. Nick  estaba allí, en la ventana, con su oscuro pelo en relieve por el sol que entraba. Era tan alto, tan imponente, tan increíblemente hermoso. Se dio la vuelta cuando la escuchó y sonrió con su deslumbrante sonrisa que la hacía sentir un poco débil en las rodillas.
“Hola.” dijo ella.
"Hola a ti también."
Maggie se puso a su lado, y ______ tuvo que voltearse y darle una mirada.
"Oh. Sí. Trámites. Hasta más tarde, Nick ".
Nick  arqueó los labios. "Hasta más tarde, Maggie."
"¿Qué estás haciendo aquí?"
"Ha pasado una semana desde que te vi por última vez."
"Me di cuenta de eso. Supuse que ya me habías olvidado." Casi se mordió la lengua. ¿Por qué le dijo eso? Parecía... incorrecto e infantil y necesitada y todas esas cosas con las que prefería no sonar.
"No, sólo tenía algunos negocios de los que tenía que encargarme. Debí haberte llamado en la noche o pasar por tu casa, pero no me diste tu número de celular o la dirección de tu casa."
Ella se cruzó de brazos. "¿Cuándo eso te ha detenido? ¿No pudo tu oh-tan-eficiente agente averiguarlo para ti?"
"En realidad, sí, podría hacerlo." Ladeó la cabeza hacia un lado. "Pensé que tal vez querrías dármelos tú misma esta vez. Tal vez incluso invitarme a tu casa."
"¿Por qué querría hacer eso?"
"Porque te gusto".
Decirle que no estaba en la punta de su lengua. Acababa de llegar al punto en que pensaba que nunca volvería a verlo. Y pasó toda la semana extrañándolo y con una sensación dolorosa por no verlo. Cuan totalmente patético, sobre todo porque no había querido iniciar una relación con él en primer lugar.
"Realmente me gustaría conocer a tu hijo. ¿Le gusta el fútbol?"
Ella suspiró. "Le encanta el fútbol."
Él se acercó más, tomando un mechón de su pelo, girándolo para que se encrespara entre sus dedos. "Invítame a cenar a tu casa. Comeremos pizza".
"No me parece que seas del tipo de pizza."
"Entonces hay muchas cosas que no sabes de mí."
No cabía duda. "No es una buena idea."
Él se inclinó más cerca. Dios, olía bien. Sus hormonas lo habían notado.
"Invítame a comer pizza."
"¿Te gustaría venir a cenar esta noche, Nick?" Malditas hormonas.
Su sonrisa podría derretir a una mujer hasta el mismísimo piso.
"Me encantaría. Dame tu dirección."
Ella saco un pedazo de papel de la mesa y escribió su dirección.
"Bien podrías añadir tu número de teléfono móvil, también."
Lo hizo, después le entregó el papel. "A las seis y media ¿de acuerdo?”
"Perfecto".
Se inclinó y le rozó los labios, y su estómago hizo flip-flop. Su completamente desnudo y femenino estómago. Maldita sea.
"Nos vemos luego."
Salió. ______ estúpidamente se situó en la ventana para verlo cruzar la calle, con sus pasos comiéndose el asfalto. Parecía malditamente caliente en un par de pantalones y una camiseta blanca que se estiraba con fuerza sobre sus músculos tan poderosos.
El suspiro de Maggie encima de su hombro la sacudió trayéndola de vuelta a la realidad. Dio media vuelta para hacer frente a Maggie, Ellen, y Karie.
"¿Qué?"
"Estás saliendo con el capitán del equipo de fútbol" Karie dijo con un suspiro de ensueño.
______ puso los ojos en blanco. "Vuelvan a trabajar. Todas. Esta no es la escuela secundaria."
“No, pero es el sueño de cualquier chica de la escuela secundaria", Ellen dijo con una sonrisa.