lunes, 5 de diciembre de 2011

El juego perfecto - Adaptación (Nick & Tu) Capítulo 7.

______ tenía media hora antes que Nick  llegara, y era un desastre total. Uno pensaría que la reina llegaría en lugar de sólo un hombre que venía a sentarse en su sofá y comer pizza.
Su casa era un desastre, debido al flagelo de tener un adolescente sin supervisión corriendo frenéticamente durante el día. Latas de refrescos vacías llenaban las mesas de la sala de estar, el fregadero estaba lleno de platos, y el culpable ya se había ido a la casa de su amigo para pasar la noche.
El chico sería pan tostado. Lo tendría limpiando la casa el resto de la semana.
Recogió, pasó la aspiradora, arrojó los platos al lavavajillas, después fue arriba a cambiarse de ropa, decidiendo que Nick  tendría que lidiar con su vida y el estado de su casa o se podía largar, prefiriendo el estilo de vida del jet set con caviar, con servicio de limpieza, y supermodelos.
______ no era ni el caviar ni una supermodelo, y podría estar segura que no tenía servicio de limpieza. Era de pizza los viernes por la noche, y de la forma en que se veía ahora, con las mangas dobladas, pantalones de mezclilla y sandalias, con su cabello en una cola de caballo como una cosita desordenada. Él iba a tener que tomarlo o dejarlo.
Dejó escapar un grito bajo cuando sonó el timbre, luego se apresuró escaleras abajo hacia la puerta, dio un vistazo al reloj mientras bajaba dos escalones a la vez.
Quedó sin aliento al tiempo que abría la puerta, y Nick  frunció el ceño.
"¿Teniendo un ataque de asma?"
“Más bien un ataque de pánico. Estaba recogiendo la casa y tratando de ponerme presentable".
Él tenía un ramo de flores en su mano. "Te ves muy presentable para mí. Estas son para ti."
Flores silvestres. No una docena de rosas, sino margaritas y campanillas y lirios y fresias y besitos de bebé. "Son hermosas. Gracias."
La siguió hasta la cocina. "No me pareciste el tipo de mujer de rosas."
"No soy del tipo de mujer de rosas. Me encantan estas". Tomó un florero y lo llenó con agua, luego acomodó las flores en él y lo puso en la mesa del comedor.
"¿Dónde está Nathan?"
"No está en casa." No le diría que Nathan pasaría la noche del viernes en casa de un amigo. No estaba preparada para que Nick  lo conociera todavía. Era demasiado pronto, y no estaba segura de a donde Nick  y ella se dirigían. Infiernos, no estaba segura sobre nada. De ninguna manera iba a involucrar a su hijo.
"Ya veo." La agarró por la cintura y la sacudió en su contra, después se plantó en sus labios, dándole en serio un caliente beso que la derritió hasta los pies en el piso de la cocina. ______ se hundió en su beso, olvidándose de donde estaba hasta que Nick  se apartó.
"Wow".
Él sonrió. "Supuse que no estaríamos solos esta noche, así que quería hacerlo ahora."
Ella parpadeó para despejar su cabeza. "Está bien, entonces."
Miró a su alrededor. "Así que, muéstrame tu casa."
"Es sólo un piso, Nick.  Nada lujoso."
Se volvió hacia ella. "Vivo en un condominio. Nada fantástico, tampoco. Entonces, muéstrame el tuyo, y cuando vengas a mi casa te enseñaré el mío."
Sus palabras evocaron imágenes de él mostrándole el suyo y ella mostrándole el de ella que no tenía nada que ver con un lugar donde vivir. Trató de suprimir el cosquilleo que rodó por su espalda, pero mientras lo guiaba de una habitación a otra, sentía sus ojos en ella y se preguntó si realmente estaría viendo su casa o a ella.
"Tienes un lugar agradable, ______".
Ella se encogió de hombros. "Trato de hacer un hogar para Nathan. Y es un vago, así que si encuentras zapatos de tenis apestosos en cualquier lugar, le deberás echar la culpa."
Él se echó a reír. "Olvidas de con quién estás hablando. Y me alegro de que no estés en mi apartamento ahora mismo, ya que probablemente encontrarías tenis apestosos en alguna parte. Así que relájate. El hecho de que haya un adolescente y que en realidad viva aquí no va a enviarme corriendo por la puerta. Fui adolescente una vez. Es la forma en que viven."
“Muy bien. Trataré de no entrar en pánico." Lo llevó a través de la sala de estar y del comedor.
"No creo que quieras ver el piso de arriba."
“Claro que sí. Quiero ver a toda tu casa."
Ella suspiró. "Bien".
Fueron por la escalera, y de nuevo sintió su mirada sobre ella. No la hacía sentir incómoda, exactamente, sino apenas consciente de que estaba sola en su casa con un hombre. ¿Cuándo estuvo sola en su casa con un hombre?
Eh... ¿nunca? Nunca llevó hombres, nunca había querido un desfile de hombres corriendo dentro y fuera de la vida de Nathan. Había pensado que si alguna vez tenía una relación permanente con un hombre, lo dejaría conocer a Nathan.
Así que ¿por qué había invitado a Nick? Ni siquiera estaban saliendo.
"Hay tres dormitorios aquí. La habitación de Nathan, mi habitación, y la tercera que uso como oficina. Probablemente debería advertirte sobre el cuarto de Nathan..."
"Te la puedes saltar. Ese es su dominio privado, y no quiero violarlo."
Se quedó fuera de la puerta de su dormitorio. "Oh, ¿Pero estás bien violando mis dominios privados?"
Él se inclinó sobre ella y se volvió a la manija de la puerta. "Cariño, ya he violado tus dominios.”
Ahí estaba ese coqueteo de nuevo, su sexo y sus pezones fueron muy conscientes de que estaban entrando en su dormitorio.
Ella dio un paso atrás y dejando que lo viera, pensando daría una mirada superficial y estarían camino a las escaleras.
"Se parece a ti".
Ella miró su dormitorio, el edredón crema y  marrón, los cuadros de las paredes, las fotos de Nathan. Se volvió a Nick  "¿En serio? ¿Cómo?"
"Colorido. El arte de las paredes no es sólo un revoltijo de basura. Las texturas de las dos imágenes sobre la cama contrastan con los colores de la colcha. Me gusta el arte Mondine, por cierto. Está de moda, porque no pinta esa mierda rara que no puedes entender qué diablos es. Las fotos en blanco y negro de tu hijo parecen captar su personalidad. Parece que está intentando enérgicamente ser malditamente serio y todo maduro, pero es sólo un bobo grande y probablemente se siente tonto gran parte del tiempo. La maldición de tener casi quince años. Chico lindo, por cierto."
"Gracias." Su voz la había atrapado porque había descrito perfectamente su hijo al principio de los incómodos años de la adolescencia.
"Puedo decirte que estás en cada pieza. Lo mismo con los adornos que están extendidos por toda la casa. No es una exageración, sólo sutiles toques. No es molesto, es simple. No me siento como si tuviera que mirar por donde caminar o dónde poner el vaso. Y me imagino que tu hijo se siente cómodo viviendo aquí. Tu lugar es como para vivir en él. Es acogedor."
Lo miró fijamente durante más tiempo, hasta que se echó a reír.
"¿Qué?", Preguntó.
"¿Quién eres?”
"¿Eh?"
"Ningún jugador de fútbol sabe de arte y decoración. Y tú sabes quién es Mondine."
"Oh. Bueno, culpa a Liz por eso."
"¿A Liz?"
"Mi agente. Ella me hace ir a las inauguraciones de las galerías y de los museos y a los eventos de caridad de las artes… el tipo de cosas que ningún jugador de fútbol debería tener que soportar. Si las disfrutarías bastante, algo se te pega. Me gusta esta escultura de aquí", dijo, recogiendo una de los amantes entrelazados. "Dice algo acerca de quién eres tú, así como del artista."
"¿Qué dice de mí?"
"Que sabes de buen arte. Vi esto en la inauguración de una galería hace unos meses. También dice que eres romántica".
Ella se sentó en el extremo de la cama y lo miró. "Hay partes de ti que me sorprenden, Nick  Jonas. "
Se sentó a su lado. "¿Es algo bueno o malo que sea así?"
Ella se frotó la sien. "No lo he decidido todavía." Sabía que la había cautivado, porque era de una manera más compleja de lo que ella le había dado crédito.
La atrajo a su regazo. "Cuando lo decidas,  avísame. Mientras tanto, quiero decirte lo mucho que te extrañé esta semana".
Sólo estar cerca de él ponía sus terminaciones nerviosas a tiro, despertando todas sus partes femeninas que lo habían extrañado, que ansiaban su toque. La parte lógica en ella, en cambio, sabía que era una mala idea, sobre todo porque estaban sentados en la cama. Pero no podía conseguir que su maldito cuerpo escuchara las señales de su cerebro que le decían que se levantara. En cambio, puso sus brazos alrededor de su cuello y deslizó sus dedos a la suavidad de su grueso pelo. "¿Me extrañaste?"
“Sí. Si hubiera tenido tu número, te hubiera llamado."
"Me alegro de haberte dado mi número, entonces."
"Echaba de menos poder hablar contigo."
"Me gusta hablar contigo, también." Esa era la verdad. La hacía reír. Era inteligente y perversamente divertido. Él estaba interesado en ella, en quien era como persona, no sólo como alguien con quien tener sexo. Hombres como él eran tan raros.
La rodó sobre la cama. "Pensé mucho acerca de besarte."
"¿Es eso cierto?"
"Es correcto." Apretó los labios en los de ella, con su lengua hundiéndose en su interior y conteniendo su aliento, haciéndola olvidar todo, excepto su sabor, su olor, la sensación de su duro cuerpo junto al suyo. Ella puso su pierna alrededor de su cadera y lo atrajo más cerca, ya mojada y necesitada del tipo de beso hey-Te-extrañé que se convirtió en algo más profundo, más apasionado. Ella le sacó la camisa fuera del pantalón y deslizó su mano en el interior, presionando su palma contra su caliente abdomen, queriendo tocar su piel, para sentir los latidos de su pulso contra su mano.
Nick  le dio la vuelta sobre su espalda, con su cuerpo encima de ella mientras movía sus labios de su boca a su mandíbula, con su lengua deslizándose por su cuello. Ella se estremeció cuando él aplicó succión allí.
"Eso hace que mis pezones se pongan duros."
Él levantó la parte superior de su cuerpo. "¿En serio? Veámoslo."
Tiró de su sostén a lo largo de sus pechos, sonrió y cubrió un pezón con su boca. Ella se arqueó contra su húmedo calor y la forma en que él con suavidad chupaba de sus pezones.
Sí, lo extrañó mucho. Y ahora que estaba aquí, tenía una necesidad de sentir algunos temblores repentinos en su interior.
"Nick, por favor. Fóllame".
En su lugar, él liberó el botón de sus pantalones vaqueros y se los quitó, entonces la besó a fondo en su vientre.
______ se apoderó de la colcha con las dos manos, con todo el cuerpo tenso por la necesidad mientras arrastraba sus pantalones vaqueros y las bragas a sus piernas. Él le abrió las piernas y se metió entre ellas, acomodándolas sobre sus hombros y plantando su boca sobre su sexo.
"¿Te tocaste esta semana?", Le preguntó mirándola.
"No"
"¿Por qué no?"
"Estuve muy ocupada."
"Nunca debes estar demasiado ocupada para correrte, ________".
"Tengo que correrme ahora." Ella se agachó y deslizó sus dedos en la suavidad de su pelo.
"Me gusta que no te hayas corrido desde que estuviste conmigo". Besó su muslo, y luego posó su boca en ella.
"Oh", fue lo único que pudo decir mientras él humedecía la longitud de su sexo, con su lengua y labios, encontrando su clítoris. Ella estaba tan preparada para un orgasmo que se arqueó contra él, inclinándose hacia delante para tocarlo, para ver como la lamía, chupaba, deslizaba su lengua dentro de ella, y hacía todo lo posible para llevarla directo sobre el borde. Él arremolinó la lengua por su punto más sensible, implacable en tomarla ahí mismo sólo dejándola cuando jadeó y comenzó a correrse.
Y cuando ella tiró de su cabello, él puso su boca a su alrededor, poniendo la lengua plana y dándole justo lo que necesitaba.
“Sí. Me corro." Empujó su vagina contra su cara y movió sus caderas mientras ella se venía en oleadas calientes, dulces que venían y venían, parando su respiración. Y cuando ella cayó en el colchón él estaba allí, subiendo por su cuerpo para besarla, para probar la dulzura de su propio placer. Envolvió sus brazos alrededor de él y pasó su lengua por sus labios y mentón, bajando una mano por su cuerpo hasta su pene.
"Ahora fóllame. Date prisa."
Sacó un condón y se volcó sobre ella en el borde de la cama sobre su estómago. Entró en ella fuerte y rápido, entrecortadamente, con escalofríos rompiendo su piel.
Ella se levantó, y Nick  pasó sus manos por su espalda mientras salía y se empujaba en el interior de ella otra vez. Se inclinó y colocó el pelo de su cara a un lado, presionando sus labios en su nuca.
"Estás mojada. ¿Sabes lo mojada, apretada y caliente estás?"
Ella no pensó que su pregunta requería de una respuesta. Jadeaba demasiado mientras él se movía dentro de ella, así que no podría haberle contestado. Su única respuesta fue moverse hacia atrás, dándole más acceso a ella.
Nick  la agarró de las caderas para jalarla contra él. Se inclinó sobre sus pechos, golpeando en su interior con su ahora duro eje. ______ se cerró sobre él y quedó contra el borde de la cama mientras él empujaba profundo, luego se retiraba, cada vez más rápido que antes, cada vez llevándola más arriba, con su eje pareciendo hincharse dentro de ella, acariciando todos sus tejidos sensibles.
Quería acompañarlo en su interior. Movió su mano entre sus piernas y frotó su clítoris, tan lleno de él que sólo con tocarse sentía acercarse su clímax.
Nick  se volvió más lento y se movió más fácilmente, entonces envolvió un brazo por su cintura y se balanceó contra él con un ritmo fácil, pareciendo saber lo que necesitaba. Sintió sus pulsos, sintió que su vagina lo agarraba de una forma más dura, mientras daba la vuelta sobre el borde con él.
Él gimió y apretó cuando se empujó una y otra vez. ______ gritó por su orgasmo hasta que se gastó tanto, que quedó con su boca sobre la cama y Nick  extendido en la parte superior de su espalda.
Ella respiraba dentro y fuera, disfrutando de la sensación de tenerlo en su contra. Se sentía mareada, eufórica, tomándose su tiempo cuando él abrió los ojos justo cuando su teléfono sonó.
"¿Contestarás?"
"Debería. Puede ser Nathan."
Agarró sus pantalones vaqueros y tomó su celular. Era Nathan. Ella se sonrojó mientras respondía, a pesar de que Nathan no podía saber que Nick  estaba ahí.
"Hola".
"Oye mamá. He olvidado mi llave, así que sólo quería asegurarme que estabas en casa." 

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